La víspera la embajadora de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, aseguró que su país iba a anunciar este lunes sanciones contra compañías rusas que transfirieron a Siria tecnologías para la producción de armas químicas.
Las nuevas sanciones provocaron una reacción airada por parte de Rusia.
El mes pasado, el gobierno estadunidense expulsó a 60 diplomáticos rusos en respuesta al supuesto intento de asesinato de un exespía ruso y su hija en el Reino Unido. También impuso sanciones a 38 ciudadanos y entidades rusas el 6 de abril. Entre los afectados hay altos cargos gubernamentales y empresas cercanas al presidente Vladimir Putin.
En tanto, el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, señaló que “están debatiendo con los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el Grupo de los Veinte (G-20) y a nivel bilateral con muchas naciones el funcionamiento de los mercados mundiales bajo la desenfrenada ampliación de las sanciones por parte de Estados Unidos”.
Las nuevas sanciones se dan por el apoyo de Rusia a Siria, en donde Occidente acusa a Damasco de un presunto ataque químico en la ciudad de Douma, Ghouta Oriental, que dejó decenas de muertos.
Desde Moscú declararon que el objetivo de las imputaciones falsas de Occidente es proteger a los terroristas y justificar ataques unilaterales contra Siria, destacó la agencia Sputnik.
Adelantó además que Moscú no dilatará la aprobación de leyes para responder a las sanciones unilaterales que impone Washington.
El viernes el presidente de la Cámara baja rusa, Viacheslav Volodin, y los líderes de los grupos parlamentarios presentaron un proyecto de ley que prevé respuestas a las sanciones antirrusas de Estados Unidos.