Rusia afirmó este jueves que mantiene el contacto militar con Estados Unidos en Siria, donde se teme una escalada debido a las amenazas de bombardeo de Donald Trump en represalia por un presunto ataque químico del régimen de Damasco.
En medio de esta creciente tensión, la primera ministra británica Theresa May preside este jueves una reunión de urgencia de su gobierno para discutir una posible respuesta militar “a los acontecimientos en Siria”.
May dijo que “todos los indicios” apuntan a que el régimen de Bashar Al Asad está detrás de ese ataque.
También el presidente francés Emmanuel Macron, que estableció una “línea roja” sobre el uso de armas químicas, cree que el presidente sirio fue responsable del ataque del sábado en Duma en el que, según los socorristas, murieron al menos 40 personas.
La canciller alemana Angela Merkel, por su lado, aseguró que es “evidente” que Damasco no ha destruido todo su arsenal químico.
Horas antes, el presidente Trump había amenazado en Twitter a Rusia, gran aliada del régimen de Damasco: “Rusia promete derribar todos los misiles que se disparen contra Siria. ¡Prepárate, Rusia, porque llegarán, lindos, nuevos e ‘inteligentes’! ¡No deberían ser socios de un Animal Asesino con Gas que mata a su pueblo y lo disfruta!”, escribió en alusión al presidente sirio.
Sin embargo, tras esos tuits, la Casa Blanca se ha mostrado más prudente, indicando que “todas las opciones están sobre la mesa, y no se ha adoptado la decisión final”.
El propio Trump, en un nuevo tuit este jueves aseguró que el ataque en Siria podría tener lugar próximamente o más adelante.
Horas después de afirmar que “los misiles llegarán”, el mandatario señaló en un tuit matinal: “nunca dije cuándo tendría lugar un ataque contra Siria. ¡Podría ser muy pronto o no tan pronto!”