Los movimientos #MeToo (#YoTambién) y #PressforProgress (#PresionparaelProgreso) enmarcaron este jueves las conmemoraciones en todo el mundo por el Día Internacional de la Mujer, en demanda del fin de la violencia y acoso sexual, y el avance y progreso en la paridad de género.
Desde las grandes economías europeas, las tradicionalistas naciones asiáticas y los países en desarrollo de América Latina y los pobres de África, las mujeres recordaron los logros sociales, económicos, políticos y en igualdad de género que se han alcanzado, sin embargo una consigna común destacó este día: el fin de la violencia sexual y el impulso al progreso.
Vestidas en su mayoría con prendas, accesorios o portando pelucas púrpura, el color de elección del Día Internacional de la Mujer, miles de féminas marcharon en España, Italia, Francia, Reino Unidos, Nepal, Filipinas, Corea del Sur, Kenia y los territorios palestinos, entre muchos otros países y regiones.
En España, cientos de mujeres se reunieron desde la medianoche en la Puerta del Sol, en el corazón de Madrid, para dar comienzo a un día de protestas en todo el país, en las que recorrieron las calles haciendo ruido con ollas y sartenes, levantando el puño y lanzando gritos de ira por la desigualdad de género que aún persiste.
La movilización de las españolas contó con el respaldo de la mayoría de los sindicatos del país que convocaron a una huelga de mujeres de 24 horas, con los que se registraron retrasos en el sistema de metro de Madrid, las suspensiones de labores en muchas empresas, mientras que en los comercios el servicio fue limitado.
Marchas similares se llevaron a cabo en docenas de ciudades de Italia, Francia y Reino Unidos, países en los que las mujeres llamaron a los hombres hacer conciencia en su derecho a acceder a mejores puestos de trabajo y recibir la mismas remuneraciones que sus compañeros que hacen labores similares.
Una de las marchas más significativas fue la ocurrida en Manila, capital filipina, donde las mujeres tomaron las calles para desafiar al gobierno del presidente Rodrigo Duterte y acusarlo de ser uno de los peores violadores de los derechos de las mujeres en Asia.
La Plaza Miranda, en el centro de Manila, fue escenario de las manifestaciones, donde las mujeres bailaron, cantaron y mientras entregaban rosas rojas y blancas a las madres, hermanas y viudas que ha provocado la lucha contra las drogas de Duterte.
En India, donde la violación en grupo de mujeres y las agresiones sexuales a niñas han traído angustia e introspección, cientos de estudiantes, maestros y trabajadoras de la industria del sexo marcharon hacia el Parlamento para exigir sus derechos y acciones contra la violencia doméstica, los ataques sexuales y la discriminación en el trabajo y los salarios.
Movilizaciones similares se dieron este jueves en Seúl, Corea del Sur, donde más de 500 líderes de los derechos de las mujeres se unieron a la campaña #MeToo, que ha ganado fuerza en el país en las últimas semanas, y prometieron poner freno al acoso sexual.
Las activistas feministas surcoreanas repartieron rosas blancas como símbolo de apoyo al movimiento #MeToo, portando carteles de consignas como “deténganse” y frases en las que pidieron acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres.
En el marco de esta conmemoración, las principales líderes del sexo femenino en el mundo, como la primera ministra británica, Theresa May; la canciller federal alemana, Angela Merkel, y la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, se unieron al llamado de poner fin a la violencia doméstica, tanto física como psicológica, y acabar con la desigualdad de género.
La líder birmana y premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi, subrayó la necesidad de garantizar los derechos de las mujeres a participar de manera abierta en el desarrollo y crecimiento económico de cada una de sus naciones.