Un convoy de ayuda humanitaria ingresó por primera vez este lunes en el enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, donde las tropas del gobierno sirio conquistaron en los últimos días varias localidades tras una sangrienta ofensiva contra los insurgentes.
El poder de Bashar al Assad controla ahora un tercio de este bastión rebelde de unos 100 km2 a las puertas de Damasco, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Lanzada el 18 de febrero, su ofensiva ha estado marcada por los bombardeos de una amplitud inédita que han dejado 720 civiles muertos, informó la misma fuente.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó este lunes una resolución que pide la apertura “urgente” de una investigación internacional independiente sobre la ofensiva del régimen sirio en este enclave rebelde. El texto propuesto por el Reino Unido, fue adoptado por 29 votos de los 47 Estados, de los cuales 4 votaron en contra y 14 se abstuvieron.
Apoyado por el aliado ruso, el régimen espera reconquistar íntegramente este enclave donde sus 400 mil habitantes, que viven en los sótanos para evadir los ataques, sufren una grave escasez de alimentos y medicamentos. “Un infierno en la tierra”, describió el jefe de la ONU.
Este lunes, el convoy de 46 camiones transportó comida y material de asistencia médica para 27 mil 500 personas, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha, por sus siglas en inglés).
La agencia de la ONU sin embargo precisó que “no fue autorizado a cargar numerosas ayudas médicas vitales”.
Como consecuencia de esta situación, “tres de los 46 camiones que fueron enviados este lunes a Duma están casi vacíos”, subrayó una responsable de Ocha en Damasco, Linda Tom.
El convoy con camiones de la Media Luna Roja Siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), pasó después del mediodía el último puesto de control de las fuerzas del régimen.
Se trata de la primera ayuda que llega a los habitantes después que el régimen lanzara su operación aérea con una violencia extrema en este país arrasado por la guerra desde 2011, que ha dejado más de 340 mil muertos.