El Gobierno surcoreano insistió este lunes en que aún desconoce si Kim Jong-un se encuentra de visita en Pekín, donde el importante dispositivo de seguridad desplegado hace pensar que el representante del régimen que llegó el lunes podría ser el líder norcoreano.
“El Gobierno continúa siguiendo de cerca la situación, estudiando todas las posibilidades y comunicándose estrechamente con los países implicados”, explicó un portavoz de la oficina presidencial surcoreana a medios extranjeros al ser consultado por el último reporte que cita fuentes anónimas y asegura que se trata de Kim.
El secretismo continúa después de que en la víspera un canal de televisión japonés emitiera unas imágenes de un tren blindado similar al que han venido utilizando los líderes norcoreanos para llegar a la principal estación de la capital china.
En Pekín, donde el Gobierno aún no se ha pronunciado, se ha apreciado la existencia de un importante dispositivo de seguridad -con accesos cortados y mucha presencia policial- en torno a la Residencia de Jefes de Estado de Diaoyutai, donde se sospecha que podría estar alojado.
Al mismo tiempo, se ha limitado mucho el acceso a la plaza de Tiananmen, un protocolo habitual cuando se produce una reunión de Estado con un mandatario extranjero en el Gran Palacio del Pueblo, que se encuentra en este lugar.
Los medios norcoreanos, que habitualmente no informan de este tipo de visitas de manera anticipada, tampoco publicaron hoy ninguna información al respecto.
Por otra parte la agencia surcoreana de noticias Newsis ha asegurado, citando fuentes cercanas a Pyongyang, que los visitantes serían la hermana del líder, Kim Yo-jong, y el presidente ceremonial del país, Kim Yong-nam, una posibilidad a la que ya habían apuntado algunos analistas.
De cualquier modo esta visita del régimen se produce en vísperas de las históricas cumbres que reunirán en abril y mayo a Kim Jong-un con los presidentes de Corea del Sur y EEUU, Moon Jae-in y Donald Trump, respectivamente, para tratar la posible desnuclearización de Pyongyang.
Estas cumbres, anunciadas a principios de marzo, han activado una frenética y creciente actividad diplomática entre bambalinas.
La de abril será la primera cumbre intercoreana en 11 años, mientras que la de mayo entre Kim y Donald Trump supondrá la primera vez en que los mandatarios de Corea del Norte y EEUU se ven las caras tras siete décadas de confrontación y 25 años de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa nuclear norcoreano.