El gobierno británico impuso un ultimátum al gobierno ruso que concluye esta medianoche para que explique el envenenamiento con un gas nervioso a un ex espía ruso que se encuentra hospitalizado.
El ex espía Sergei Skripal, de 66 años de edad, y su hija Yulia, de 33, fueron envenenados con “Novichok”, un gas que destruye el sistema nervioso, producido en laboratorios del gobierno ruso.
Ambos se encuentran graves después de haber sido expuestos al agente nervioso el pasado 4 de marzo en la ciudad inglesa de Salisbury, sur de Inglaterra.
El ataque con el gas nervioso ha provocado una crisis diplomática entre Rusia y Reino Unido, que han llamado a sus respectivos embajadores a que aclaren el incidente.
“Es altamente probable que Rusia haya sido responsable del acto contra Sergei y Yulia Skripal”, aseguró este lunes la primera ministra Theresa May a los diputados británicos.
Este incidente es de “gran preocupación”, según palabras del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
Entretanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, busca el apoyo de sus aliados Estados Unidos, Francia y Alemania de cara a incrementar las sanciones económicas contra Moscú.
Johnson aseguró que cuenta con “un apoyo fuerte de amigos y socios”.
El gobierno británico analiza las acciones que tomará en caso de que se confirme que el ex doble agente ruso fue envenenado por órdenes de Moscú.
Un policía británico expuesto a la sustancia también se encuentra en el hospital.
La policía realiza una investigación criminal en la que están involucrados cientos de policías con el fin de llevar “a los criminales a la justicia”.
Skripal fue un militar ruso que fue condenado en 2006 a trece años de cárcel por “alta traición en forma de espionaje” por colaborar con el servicio de inteligencia británico, MI6.
Skripal reside en Reino Unido desde 2010, tras un intercambio de espías entre los gobiernos ruso y estadunidense.