El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva dijo en una entrevista que el juez que lo condenó en primera instancia y uno de los líderes de la Operación Lava Jato podría estar siendo instrumentalizado por Estados Unidos.
“Estoy apenas insinuando que puede ser, tal es la proximidad del Ministerio Público [brasileño] con la secretaría [departamento] de Justicia de Estados Unidos”, dijo el ex mandatario de Brasil en una entrevista al diario Folha de Sao Paulo.
En particular, Lula da Silva, condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción, apuntó hacia el magistrado Sergio Moro, líder de la Operación Lava Jato y el primero en condenar al expresidente.
“Ahora mismo Moro está allí (en Estados Unidos) para recibir un premio de la Cámara de comercio Brasil-Estados Unidos. Fue para quedarse 14 días. Yo ya recibí premios. Se va un día y se vuelve el mismo día”, agregó el ex presidente, que pretende ser candidato en los comicios de octubre para un tercer mandato.
Favorito en las encuestas, con cerca del 36 por ciento del apoyo popular, Lula da Silva también dijo que Estados Unidos está por detrás de las políticas para reducir la participación del estado brasileño en Petrobras y en las reservas en aguas ultraprofundas (pre-sal) anunciadas en 2006, bajo su primer gobierno.
“Estoy convencido, después de todo lo que pasó, que los estadunidenses están por detrás de todo lo que ocurre en Petrobras. Porque a ellos les interesa el fin de la ley reguladora del petróleo. Brasil descubrió la mayor reserva petrolera del siglo XXI. Y no se sabe si hay otra”, aseveró.
Citó, además, al ex canciller brasileño Celso Amorim, al responder con ironía que “no cree mucho en conspiración. Pero también no dejo de creer”.
El ex sindicalista, quien salió de la presidencia de Brasil con tasas de aprobación cercanas al 80 por ciento, fue condenado en segunda instancia en enero a 12 años y un mes de cárcel por recibir un departamento de tres plantas de la constructora OAS a cambio de favores, mientras tiene más de media docena de causas abiertas en la justicia.
Él, sin embargo, niega cualquier ilícito y se dice víctima de una persecución judicial para dejarle fuera de las elecciones por medio de la inhabilitación, aunque asegura que no se exiliará ni dejará de luchar por participar en los comicios.
Los últimos sondeos mostraron que los problemas judiciales de Lula da Silva no influyeron en sus aspiraciones a un tercer mandato: lidera las encuestas con entre el 34 y 37 por ciento de la intención de voto y vencería las elecciones ante cualquier candidato.
Con todo, la mayoría de brasileños (53 por ciento) cree que el expresidente debería ser encarcelado.