La misteriosa muerte de un agente de la patrulla fronteriza, que el presidente estadunidense, Donald Trump, aprovechó para renovar su petición de construir un muro en la frontera con México, parece ser que se debió a un accidente, según una investigación del FBI.
El FBI no ha encontrado ninguna evidencia de violencia alrededor de la muerte, en noviembre de 2017, del agente Rogelio Martínez.
“Hasta la fecha, ninguna de las más de 650 entrevistas realizadas, localizaciones registradas o pruebas recopiladas y analizadas han producido evidencia que respaldaría la existencia de una pelea, altercado o ataque”, dijo el FBI en un comunicado el miércoles.
Martínez, que tenía 36 años cuando murió, y su compañero fueron encontrados gravemente heridos en una alcantarilla mientras patrullaban cerca de la ciudad de Van Horn, en Texas, el 19 de noviembre de 2017.
Martínez murió por las heridas producidas en la cabeza y su compañero fue hospitalizado.
El sindicato de agentes fronterizos aseguró en su momento que los uniformados habían sido víctimas de un ataque, y Trump tuiteó sobre el incidente: “Un oficial de la patrulla fronteriza asesinado en la frontera sur, otro gravemente herido. Buscaremos y llevaremos ante la justicia a los responsables. Deseamos y debemos construir el muro!”, escribió en Twitter.
El FBI reveló que la investigación “no ha determinado de manera concluyente cómo el agente Martínez y su compañero acabaron en el fondo de la alcantarilla”, aunque sugirió que la pareja podría haber sufrido un accidente mientras realizaban controles en la zona.
Los investigadores se basan en una conversación que mantuvo el compañero de Martínez con otro trabajador la noche del incidente, en la que “aunque desorientado y sin estar seguro de su localización, avisó de que Martínez estaba herido”, aseguró el FBI.