Miguel Pérez Jr, un veterano del ejército de Estados Unidos que cumplió dos periodos como soldado en Afganistán, inició una huelga de hambre en protesta por su probable deportación a México, luego que una Corte Federal de Apelaciones rechazó sus argumentos para permanecer en este país.
Pérez, un residente de Chicago de 39 años y que ha permanecido en Estados Unidos durante más de tres décadas (desde los ocho años de edad) bajo el estatus de residente legal permanente, podría ser deportado en cualquier momento tras haber cumplido una sentencia de cárcel por posesión de drogas.
Miquel Pérez buscó a través de las cortes permanecer en Estados Unidos argumentando que su vida estaría en peligro si fuera deportado a México. Sin embargo, esta semana un panel de tres jueces de la Corte Federal de Apelaciones del Séptimo Circuito, rechazó este argumento.
En declaraciones este jueves al periódico Chicago Tribune, Pérez dijo que la deportación significa una muerte segura y que lo único que queda por hacer es comenzar un “ayuno extremo” hasta que se le conceda alivio, por lo que comenzó su huelga de hambre este miércoles.
“Si se trata de que me deporten, preferiría dejar este mundo en el país al que le dí mi corazón”, dijo el inmigrante en una entrevista con el rotativo.
El hombre, quien tiene dos hijos que son ciudadanos estadunidenses, es uno de los muchos residentes legales permanentes que han prestado servicio en el ejército de Estados Unidos y que luego se enfrentan a la posibilidad de ser deportados a sus países de origen por haber cometido un delito.
El residente dijo que, erróneamente, pensó que se había convertido en ciudadano de Estados Unidos cuando juró proteger a la nación y aseguró que sus superiores militares nunca se ofrecieron a ayudarlo a acelerar su ciudadanía.
Inmigró a Estados Unidos en 1987, cuando tenía ocho años y recibió luego la residencia legal en este país.
Pérez sirvió en Afganistán en 2002 y regresó a otro período en abril de 2003. A su regreso del país asiático, comenzó a consumir cocaína y falló una prueba de drogas de rutina y optó por una salida anticipada del ejército para regresar a Chicago, su lugar de residencia.
Señaló que luchó para mantener puestos de trabajo y que buscó tratamiento en un hospital para veteranos donde los médicos le diagnosticaron trastorno de estrés postraumático.
Relató que mientras tanto se volvió a conectar con un amigo de la infancia que proporcionaba drogas y alcohol gratis.
En noviembre de 2008, cuando estaba con ese amigo, Pérez entregó un maletín lleno de cocaína a un agente encubierto. Pérez se declaró culpable de entregar menos de 100 gramos de cocaína y fue sentenciado a cumplir la mitad de una sentencia de 15 años de prisión.
Cumplió siete años en prisión y poco antes de dejar la cárcel a principios de 2016, fue notificado que sería entregado a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) para ser deportado del país, al no haber solicitado la ciudadanía estadunidense.
Desde entonces, la familia de Pérez ha estado luchando en contra de su deportación.
De acuerdo con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, unos 18 mil 700 inmigrantes con residencia legal, estaban enlistados en las fuerzas armadas en 2017.