Un equipo policial de Etiopía descubrió este jueves una fosa común con al menos 200 cuerpos cerca de la frontera entre las regiones somalí y Oromia, área habitual de conflicto, informó la televisión estatal.
Según la cadena televisiva Fana, la tumba fue encontrada durante una investigación sobre las supuestas atrocidades cometidas por el antiguo administrador jefe de la región somalí Abdi Mohamud Omar y las autoridades tratan ahora de desvelar la identidad de los fallecidos.
Abdi Mohamud, que se vio obligado a renunciar a su cargo el pasado 6 de agosto, fue arrestado semanas después en su vivienda de Adís Abeba cuando una espiral de violencia étnica estalló en la capital somalí de Jijiga, también conocida como región de Ogadén.
A la espera de juicio, el exlíder regional, que capitaneó la conocida milicia policial de Liyu, está acusado de tortura y asesinato, además de incitar a la violencia étnica durante los 13 años de su mandato.
Los enfrentamientos étnicos entre las regiones etíopes de Oromia, hogar del grupo étnico mayoritario del país, y somalí, la región más grande, aumentaron a finales de 2017.
Ese año, las incursiones de la Policía Liyu en Oromia causaron la muerte de cientos de personas y la huida de más de un millón, en su mayoría oromos, según informes conjuntos de las Naciones Unidas (ONU) y el gobierno de Etiopía.
La violencia que asuela la región secesionista somalí desde hace décadas, a raíz del enfrentamiento abierto entre el grupo rebelde Frente de Liberación Nacional Ogadén (ONLF) y el gobierno etíope, mejoró el pasado octubre cuando ambas partes firmaron un acuerdo de paz.
A causa de la lucha étnica, el número de desplazados internos en Etiopía aumentó en 1.2 millones a mediados de 2018, hasta alcanzar los 2.8 millones, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).