Reino Unido permanecería en la Unión Europea si hubiera otro referendo, mostró un sondeo este martes, y la incertidumbre de que la primera ministra Theresa May logre un acuerdo sobre las condiciones de la salida del bloque provocaba un desplome de la libra esterlina.
A sólo cinco meses de la fecha en que Reino Unido debería salir de la Unión Europea el 29 de marzo, los votantes ahora respaldan la permanencia en el bloque por un 54 por ciento contra un 46 por ciento, de acuerdo a la mayor encuesta independiente realizada desde el referendo del Brexit.
May ha descartado en reiteradas oportunidades la realización de un nuevo referendo y afirma que su trabajo es cumplir con la votación de 2016 de salir del bloque, pese a que su plan ha sido criticado desde distintos frentes.
La primera ministra enfrenta la tarea de unir a su Gobierno, partido y aliados internos alrededor de un plan para el Brexit que también sea aceptable para la Unión Europea y hasta ahora no ha logrado concretar un acuerdo. Su portavoz ha dicho que necesita más tiempo para resolver el tema de la frontera irlandesa.
La libra esterlina se depreció después de que un importante miembro del partido de Irlanda del Norte, del que depende la mayoría parlamentaria del Gobierno de May, afirmó que Reino Unido parece encaminado a una salida de la Unión Europea sin acuerdo.
“Parece que no vamos a llegar a un acuerdo”, escribió en Twitter Jeffrey Donaldson, uno de los 10 diputados del Partido Unionista Democrático (DUP) cuyo apoyo necesita el Gobierno conservador de May para aprobar cualquier medida en el Parlamento británico.
Sin embargo, posteriormente la libra se apreció con fuerza después de que un periodista de BBC preguntó al secretario para el Brexit Dominic Raab, después de una reunión de Gabinete, si era “pulgares para arriba” o “pulgares para abajo” y él respondió “pulgares para arriba”.
Los negociadores están tratando de encontrar una solución de emergencia para el tema de la frontera irlandesa que satisfaga a Irlanda, al Partido Democrático Unionista (DUP) y al dividido Partido Conservador de May.
Londres y Bruselas quieren mantener abierta la frontera entre Irlanda, miembro del bloque, e Irlanda del Norte, parte de Reino Unido, tras el Brexit.
Irlanda insiste en que no debe haber una infraestructura fronteriza, el DUP sostiene en que Irlanda del Norte no debe ser tratada de manera diferente al resto de Reino Unido y los partidarios del Brexit dicen que Reino Unido debe tener el derecho de firmar sus propios acuerdos comerciales después del Brexit.