Al menos nueve miembros de los servicios de seguridad murieron el viernes en un ataque atribuido al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Tazerbo, a 1.500 km al sureste de Trípoli, según un alto responsable de estos servicios.
Otras once personas, entre ellas civiles y un jefe de los servicios de seguridad, fueron “secuestrados” por los miembros del grupo, que atacaron una comisaría de policía, añadió el responsable, que pidió permanecer en el anonimato.
La región de Tazerbo está controlada por las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte del este de Libia, que dirige el autoproclamado Ejército Nacional Libio (ENL).
Este ataque, que no fue reivindicado por el momento, es el segundo en menos de un mes contra las fuerzas leales al mariscal Haftar.
El primero, reivindicado por el grupo EI, causó al menos cinco muertos el 29 de octubre en la región de Al Jufra (centro). Esta región es a menudo el escenario de ataques atribuidos a los yihadistas.
Un ataque precedente, reivindicado por el mismo grupo, en agosto de 2017, provocó 11 muertos, nueve de ellos miembros del ENL.
Libia, dividida por las luchas de poder y presa de una inseguridad crónica, se convirtió en refugio de los yihadistas tras la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011.
El grupo EI se aprovechó del caos para implantarse en la ciudad costera de Sirte en junio de 2015, pero las fuerzas leales al Gobierno de Unión Nacional (GNA), apoyado por la ONU y basado en Trípoli, recuperaron el control de la ciudad en diciembre de 2016, tras ocho meses de combates.
Desde entonces, varios yihadistas se replegaron hacia el desierto, desde donde intentan reorganizarse.
El 11 de septiembre, el grupo ultrarradical reivindicó un ataque suicida cometido contra la sede de la Compañía Nacional de Petróleo, en el centro de Trípoli, que dejó dos muertos y diez heridos.
Cuatro meses antes, el grupo había reivindicado un atentado contra la Alta Comisión Electoral en la misma ciudad, en el que murieron 14 personas.