Más de siete mil personas se manifestaron este miércoles en Francia contra el alza de los carburantes decidida por el gobierno en 337 concentraciones organizadas por todo el país, lo que provocó el bloqueo de 96 carreteras o enclaves estratégicos, reveló un balance oficial.
De acuerdo con datos del Ministerio del Interior, en las primeras horas del miércoles, siete mil 171 personas participaban en Francia en las concentraciones denominadas de los “chalecos amarillos” para expresar su rechazo al “gasolinazo”.
El gobierno determinó incrementar los impuestos a los combustibles, por lo que el precio de un litro de gasolina sin plomo de 95 octanos aumentó hasta dos euros (2.12 dólares).
Analysts say France’s ‘yellow-vest’ rallies, represent a widespread frustration against President Macron’s government pic.twitter.com/gQvo2Q5eFK
— TRT World (@trtworld) 20 de noviembre de 2018
La cifra es menor a la del martes cuando se manifestaron más de 10 mil personas por el alza de las tasas a la gasolina y carburantes en general decidida por el gobierno del presidente Emmanuel Macron y mucho menor que el sábado, día en el que se manifestaron 300 mil personas.
En un comunicado, la cartera del Interior reveló además que 30 sitios estratégicos fueron desbloqueados en las últimas horas por la policía, entre ellos el acceso a 15 depósitos petroleros, cinco accesos a zonas comerciales y seis a autopistas.
“Las intervenciones de las fuerzas del orden continuarán en las próximas horas para liberar a los lugares sensibles que todavía están bloqueados” advirtió el Ministerio que encabeza Christophe Castaner.
Según los balances, en la isla francesa de la Reunión, en el océano Índico, al menos 30 policías y gendarmes resultaron heridos en protestas violentas contra el gasolinazo ocurridas este miércoles.
Los convocantes de la protesta ciudadana, no promovida ni por sindicatos ni partidos políticos, llamaron a una gran concentración para el próximo sábado en París.
Fuentes del gobierno reportaron que los manifestantes no serán autorizados sin embargo a concentrarse en la Plaza de la Concordia, en el corazón de la capital francesa.
El gobierno trabaja además para impedir que la manifestación se celebre, pero los convocantes continúan con la intención de celebrarla ante la negativa del ejecutivo del presidente Macron a cancelar su plan de subida de los impuestos a los carburantes.