Un agente retirado del servicio de Aduanas de Estados Unidos fue hoy el primer testigo llamado a declarar por la Fiscalía en el juicio en Nueva York contra el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El exagente, Carlos Salazar, fue preguntado sobre el descubrimiento en 1990 de un túnel entre la localidad mexicana de Agua Prieta, en el estado de Sonora, y Douglas, en Arizona, supuestamente utilizado para introducir droga en Estados Unidos.
Salazar describió en detalle cómo su equipo recibió una pista de un informante y cómo dio con el túnel y un almacén anexo, donde se descubrió una tonelada de cocaína.
La defensa también interrogó al exagente, tratando de introducir ciertas dudas sobre las fechas de su testimonio y algunos otros detalles.
Salazar fue llamado a declarar inmediatamente después de que el abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, terminase su alegato inicial, en el que trató de minar la credibilidad de algunos de los testigos que planean usar las autoridades.
Lichtman adelantó que los fiscales van a llamar a declarar a varios narcotraficantes que han decidido colaborar para tratar de reducir sus penas de cárcel.
El abogado dibujó a esos narcos como “gente que miente cada día” y cuya única motivación para cooperar es lograr la libertad.
Entre ellos, destacó por ejemplo a un testigo llamado Miguel Ángel Martínez, que casi habría perdido la nariz tras “esnifar cuatro gramos diarios de cocaína” durante años, según Lichtman.
También aseguró que la Fiscalía prevé llamar a declarar a César Gastelum, supuesta “mano derecha” de Guzmán, o Dámaso López Núñez, conocido como El Licenciado, considerado sucesor de Guzmán en el Cartel de Sinaloa y que fue extraditado este año de México a EEUU.
Lichtman insistió en que todo el caso contra su cliente está “construido sobre una base de mentiras” y pidió a los miembros del jurado que mantengan una “mentalidad abierta” pese al “poderoso” nombre de el Chapo.