El presidente francés, Emmanuel Macron, encabezó este domingo los tributos a millones de soldados muertos en la Primera Guerra Mundial, en una emotiva ceremonia en París a la que asistieron decenas de líderes para advertir contra el nacionalismo un siglo después del conflicto.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el mandatario ruso, Vladimir Putin, la canciller alemana, Angela Merkel y decenas de monarcas, príncipes, presidentes y primeros ministros acompañaron a Macron en el recuerdo del momento en que hace 100 años las armas se callaron en Europa.
Bajo un cielo gris y una suave lluvia, muchos jefes de estado se unieron a Macron para caminar por el último tramo de los Campos Elíseos hasta el Arco de Triunfo, donde se desarrolló la ceremonia. Trump y Putin llegaron un poco más tarde en caravanas separadas.
“El patriotismo es exactamente lo contrario del nacionalismo. El nacionalismo es su traición. Al decir “nuestros intereses están primero y los demás no me importan” se elimina lo más precioso de una nación,lo que la lleva a ser grande: sus valores morales”@EmmanuelMacron (poc) pic.twitter.com/ZTD9G9e9nk
— DW Español (@dw_espanol) 11 de noviembre de 2018
En un discurso de 10 minutos junto a la tumba del soldado desconocido, Macron describió el “infierno inimaginable” de aquellos que lucharon en las trincheras y denunció al nacionalismo que avivó las llamas de la guerra y ahora muestra señales de resurgir.
Macron habló sin rodeos sobre la amenaza del nacionalismo, calificándolo de una traición a los valores morales. Trump, a quien se ha descrito como un nacionalista y ha promovido lo que denomina la política “Estados Unidos primero”, se sentó a pocos metros de distancia con un rostro adusto.
“El patriotismo es exactamente lo opuesto al nacionalismo: el nacionalismo es una traición al patriotismo”, dijo Macron. “Cuando decimos nuestros intereses son lo primero, los de los otros no importan, borramos lo más precioso de una nación, lo que le da vida y la hace grande: sus valores morales”.
La conmemoración fue el tributo principal para honrar a quienes murieron en la guerra entre 1914-1918 y conmemorar la firma del armisticio que puso fin al conflicto exactamente a las 11.00 am local el 11 de noviembre de 1918.
“La lección de la Gran Guerra no puede ser la del resentimiento entre las personas, ni que el pasado puede ser olvidado”, dijo Macron, aludiendo a las millones de mujeres viudas y los niños huérfanos debido al conflicto, así como los 10 millones de soldados muertos.
Bajo un toldo de vidrio al pie del Arco de Triunfo, mandado a construir por el emperador Napoleón Bonaparte en 1806, Trump, Merkel, Putin y otros líderes escuchaban al mandatario francés a través de auriculares.