Más de mil personas podrían estar desaparecidas tras el seísmo y el tsunami que golpearon la isla indonesia de Célebes, según informó este viernes la agencia de gestión de desastres cuando el balance de muertos se estableció de momento en mil 571 personas.
La ciudad de Palu, una localidad de 350 mil habitantes en la costa oeste de la isla, quedó devastada el 28 de septiembre por el sismo de magnitud 7,5 al que siguió una ola destructora. Numerosos edificios y viviendas de esa zona quedaron reducidos a montones de escombros.
Este viernes las autoridades dieron cuenta de mil 571 muertos en su último balance.
Se teme que cientos de personas hayan quedado enterradas entre los escombros en una zona residencial en el barrio de Balaroa, en Palu, donde la fuerza de la sacudida dejó el suelo hecho trizas.
Drone footage shows rescue efforts to recover bodies from the ruins of a hotel in Palu, Indonesia #SulawesiEarthquake pic.twitter.com/TdpfVrAor0
— TicToc by Bloomberg (@tictoc) 4 de octubre de 2018
“Creemos que más de mil casas quedaron sepultadas, es probable entonces que haya más de mil desaparecidos” en Balaroa, señaló Yusuf Latif, portavoz de la agencia. Aunque “existe la posibilidad de que algunos de ellos consiguieran salir”, agregó.
VIDEO: Rescue dogs are being deployed in Indonesia to search for survivors and victims in the Mercure Hotel, which was destroyed by the quake-tsunami pic.twitter.com/YMjLckba5V
— AFP news agency (@AFP) 5 de octubre de 2018
Tras varios días de espera, la ayuda internacional empezó a llegar a cuentagotas a la zona, donde cerca de 200 mil personas necesitan ayuda humanitaria urgentemente. Las vías de acceso y el aeropuerto quedaron muy dañados, lo que dificulta el abastecimiento.
Los supervivientes saquearon comercios para conseguir víveres, hasta que la policía, que al principio hizo caso omiso, intervino con arrestos y advirtió que dispararía contra todo aquel que fuera sorprendido robando.
Las autoridades se fijaron plazo hasta este viernes para intentar encontrar supervivientes entre los escombros. Pero, una semana después de la tragedia, las posibilidades de rescatar personas con vida eran mínimas.