El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este martes que quiere el sobrante de su campaña al hospital que lo atendió tras ser apuñalado en septiembre.
“Nuestra campaña costó cerca de 1.5 millones de reales, unos 400 mil dólares al cambio actual, menos de la mitad de lo que fue recolectado mediante donaciones individuales. Pretendo donar el sobrante a Santa Casa de Juiz de Fora, donde nací nuevamente. Pienso que quienes confiaron en mí estarán de acuerdo. Muchas gracias a todos”, escribió en Twitter el ultraderechista.
El excapitán del Ejército, de 63 años, fue electo el domingo presidente de Brasil con 55.13% de los votos, frente a Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que obtuvo 44.87% de los sufragios.
Durante un mitin de campaña en el estado de Minas Gerais (sudeste), Bolsonaro recibió el 6 de septiembre una puñalada que le provocó varias perforaciones en el intestino. Fue atendido de emergencia en el hospital Santa Casa de Juiz de Fora.
Un día después fue trasladado a Sao Paulo, donde continuó internado por tres semanas. Tras el alta médica se recluyó en su casa en Rio de Janeiro por el resto de la campaña.
El incidente apartó al candidato de los actos públicos hasta las elecciones y también de los debates con su rival. Bolsonaro dijo no obstante que el alejamiento no fue solo por razones médicas, sino también “estratégicas”, manteniendo su campaña en las redes sociales y en medios de comunicación.
Aún le debe ser retirada una bolsa de colostomía que carga desde entonces.
La campaña se caracterizó por un clima de alta tensión y estuvo marcada por las polémicas declaraciones del ultraderechista que se dijo nostálgico de la dictadura militar (1964-85), atacó a minorías y en su mensaje más virulento amenazó con “barrer del mapa a todos los bandidos rojos de Brasil”, en referencia a sus opositores.