La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció este martes los abusos que sufren los jóvenes recluidos en prisiones para adultos en Estados Unidos y señaló que hay una sobrerrepresentación de negros y latinos en esta población carcelaria.
“Un 77% de las personas que cumplen penas de cadena perpetua sin medidas sustitutivas de privación de libertad por delitos (cometidos) cuando eran menores de edad son afroamericanos e hispanos“, indicó la CIDH en un informe.
El estudio, que fue motivado por las denuncias recibidas, señaló que “los niños que son encarcelados en centros para adultos son sometidos de manera sistemática a varias formas de castigo, incluyendo las palizas diarias”.
Los abusos también incluyen violencia sexual.
“Los jóvenes que se encuentran en establecimientos para adultos son cinco veces más propensos a sufrir abuso sexual o violaciones, en comparación con los que se encuentran en instalaciones juveniles”, señalaron los expertos.
Además, la CIDH recibió información que indica que 83% de los adolescentes procesados en tribunales para adultos pertenece a determinados grupo raciales o étnicos, 62% de los cuales son afroamericanos y 19% de origen latino.
“Las estadísticas muestran que los jóvenes de ciertos grupos raciales o étnicos tienen mayor probabilidad de ser enviados a centros penitenciarios para adultos, y por períodos más largos, incluso cuando son acusados del mismo delito“, advirtieron los expertos.
La Comisión señaló que, pese a que Estados Unidos jugó un rol importante en el desarrollo de una justicia especializada para los jóvenes, las leyes de los distintos estados erosionan esos derechos.
“Como resultado de leyes estaduales que requieren o permiten que los jóvenes en conflicto con la ley sean juzgados como adultos, se estima que 200.000 niños y adolescentes en conflicto con la ley son juzgados anualmente ante tribunales penales para adultos”, estimó el organismo.
El informe citó un poema escrito por un menor detenido y condenado por el sistema penal de adultos.
“Son tratados como animales, son engañados y abusados. Sus talentos y habilidades quedan vergonzosamente lastrados por guardias sádicos que son justificados por sus superiores, que los alientan”, escribió uno de los menores, cuya identidad fue salvaguardada.