Un poderoso “ciclón bomba” invernal golpeó el jueves la costa este de Estados Unidos con enormes nevascas y un frío glacial: miles de vuelos fueron anulados, las escuelas cerraron y para alarma de las autoridades, la temperatura seguirá cayendo.
La tormenta, que comenzó en el sur del país y se desplaza hacia Canadá por el noreste, ya dejó tres muertos en Carolina del Norte, uno de ellos un hombre cuyo automóvil quedó sumergido en un canal, informó el gobernador Roy Cooper.
De las cataratas del Niágara en la frontera canadiense parcialmente congeladas al majestuoso río Potomac helado en Washington DC, toda la costa fue golpeada por ventiscas que tornaron los desplazamientos en una pesadilla, con vehículos y peatones avanzando a cámara lenta.
Hasta 23.6 cm de nieve cayeron en medio de fuertes vientos de unos 80 km/h sobre la ciudad de Nueva York, declarada en estado de emergencia.
Pocos vehículos y transeúntes se aventuraban en las calles, avanzando muy lentamente para evitar deslizamientos y resbalones en medio de una temperatura de -4ºC y una sensación térmica de -11ºC.
Tras la tormenta se espera más frío: la sensación térmica el viernes puede ser de hasta -30ºC, alertó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
Gigantescas olas con pedazos de hielo provocaron “inundaciones históricas” en Massachusetts, explicó el gobernador Charlie Parker a la prensa. Un total de 26 de 78 comunidades costeras reportaron inundaciones, precisó.
La televisión mostró imágenes de conductores frente al puerto de Boston tratando de controlar sus vehículos con el agua a media puerta, e informó que algunos barcos quedaron varados en las calles.
“La nieve caída durante la tormenta se congelará rápidamente”, advirtió Baker.
Unos 4 mil 315 vuelos han sido anulados, la mayoría en Nueva York, donde los aeropuertos cerraron, así como en Boston y Newark, en Nueva Jersey, según el sitio FlightAware.com. Otros 13.300 vuelos sufrieron retrasos.
Las escuelas en Nueva York, Boston, Filadelfia o Washington cerraron sus puertas por precaución.
Florida, el “estado del sol”, vio el miércoles caer nieve sobre las palmeras por primera vez en tres décadas.
Su gobernador, Rick Scott, urgió a los ciudadanos a prepararse “para un frío extremo, incluido eventualmente nieve, aguanieve o acumulaciones de hielo”.