La defensa del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) pidió la nulidad por falta de pruebas del proceso contra su defendido, en la audiencia que tiene lugar este miércoles en un tribunal de segunda instancia en Porto Alegre.
“Lo que se tiene es un proceso nulo que generó una sentencia nula y un proceso en el que no fue hecha la prueba de la culpa, pero si la prueba de inocencia, que pido que sea reconocida”, afirmó Cristiano Zanin Martins en el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), con sede en Porto Alegre.
Los tres magistrados de la octava sala del tribunal decidirán si ratifican, anulan o modifican una condena de nueve años y medio por corrupción pasiva y lavado de dinero impuesta a Lula en primera instancia en julio pasado en un proceso relacionado con el escándalo destapado en la petrolera estatal Petrobras.
En esta causa, una de las siete abiertas en contra de Lula en la Justicia, la mayoría por supuesta corrupción, el ex presidente responde por presuntos sobornos recibidos de la constructora OAS, que se habrían traducido en la entrega de un apartamento de tres plantas en el balneario Guarujá a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera.
“El triplex no es el del expresidente Lula. Todos sabemos que pertenece y siempre permaneció a OAS Emprendimentos”, aseveró el letrado.
En su sustentación oral, dijo que “no hay nada que pueda demostrar” que el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) recibió esa propiedad y que la acusación no se puede basar únicamente en el testimonio de un imputado o en un reportaje de la cadena Globo, el mayor grupo multimedia del país.
“La palabra de un reo no sirve para incriminar al expresidente Lula ni a otro, ¿Por qué la palabra de Leo Pinheiro (antiguo presidente de OAS) puede valer y la de otros no?”, se preguntó Zanin Martins.
Por otro lado, el abogado alegó que el juez federal Sergio Moro, que emitió la sentencia condenatoria contra Lula, no probó la existencia “del recibimiento de ventajas indebidas” hacia su defendido y que además rechazó otras pruebas que apuntaban lo contrario.
También subrayó que la acusación tiene una “motivación política” y que un tercio de la sentencia se dedica a atacar la defensa del carismático dirigente del PT.
“No se puede dejar de analizar todos los graves hechos que fueron practicados a lo largo de las investigación y a lo largo de la acción”, indicó.
El expresidente no acudió este miércoles a la audiencia, dado que la Justicia le autorizó a ausentarse porque no iba a ser interrogado, y sigue la sesión en la sede del sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde inició participó en la fundación del PT en 1980.
El juicio definirá el futuro personal de Lula y puede influir en el desarrollo del proceso político ante las elecciones presidenciales de octubre próximo, a las que el expresidente pretende presentarse.
Lula lidera hasta ahora los sondeos de opinión, pero una eventual ratificación de la condena podría impedirle ser candidato, aunque la última palabra estaría en manos de la justicia electoral.