El Papa Francisco, en un acto de autocrítica extremadamente inusual, pidió disculpas en su viaje de regreso a Roma a las víctimas que han sufrido abuso sexual de sacerdotes, reconociendo que había “herido a tantos” con comentarios en los que defendió a un obispo chileno que está bajo escrutinio.
Si bien el Papa lamentó las palabras que eligió y el tono irritado que usó cuando respondió a la pregunta de una periodista el jueves pasado en Chile, también dijo que estaba seguro de que el prelado en cuestión, Juan Barros, era inocente y que conservaría su cargo.
“Les pido perdón a ellos si los herí sin darme cuenta, fue una herida sin querer”, dijo a periodistas el Papa, inusualmente contrito, sobre quienes han sufrido abusos.
En el último capítulo de una historia que ha conmovido a Chile, Francisco había dicho en Chile que Barros, a quien se acusa de proteger a un sacerdote pedófilo, seguirá como obispo de Osorno porque no hay evidencia creíble en su contra.
“El día que me traigan una prueba contra el Obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia”, dijo el jueves Francisco a una periodista que logró acercarse al Pontífice en un evento y que le preguntó sobre Barros.
Papa Francisco le entrega su total respaldo a obispo Juan Barros. “El día que me entreguen una prueba, voy a hablar. El resto es calumnia”. Pontífice da un portazo a víctimas de Karadima. Fin de la historia. pic.twitter.com/hIcVxE29cU
— mirna schindler (@mirnaschindler) 18 de enero de 2018
Las palabras fueron consideradas intentos de desestimar la credibilidad de los acusadores y fueron muy criticadas por las víctimas, sus defensores y editoriales de periódicos en Chile y Argentina, el país del Papa.
Incluso el sábado, el cardenal Sean O’Malley de Boston, un asesor papal clave, se distanció de la declaración que, dijo, le había causado “gran dolor”.