La Cámara de Representantes del Congreso estadunidense aprobó este jueves la renovación de la controvertida ley que permite a las agencias locales de espionaje de realizar interceptación de comunicaciones en el exterior del país.
Se trata de la polémica ley conocida como FISA Sección 702, que expira el 19 de enero y que las autoridades del sector de inteligencia consideran esencial para descubrir tentativas de ataques o sabotajes en territorio estadunidense.
Esta normativa se tornó famosa al ser develada por el ex contratista de inteligencia Edward Snowden, quien probó que las agencias de espionaje usaban estos mecanismos para vigilar también a ciudadanos estadunidenses, posibilidad que la ley prohíbe específicamente.
grupos de la sociedad civil e incluso legisladores de los principales partidos políticos esperaban que la renovación de la ley incluyera mecanismos de protección de los datos de los ciudadanos estadunidenses.
El nudo conflictivo de la ley es el mecanismo por el cual ciudadanos estadunidenses detectados durante el espionaje a extranjeros pueden ser identificados (o, como lo define la normativa, “desenmascarados”).
Por ello fue hilvanado un acuerdo por el que se restringió la capacidad de acceso del FBI a los millones de datos interceptados por las agencias de espionaje sobre ciudadanos estadounidenses.
A partir de esta renovación, los agentes del FBI precisarán de una autorización judicial para utilizar esos datos ante una corte.