El congresista republicano Mike Coffman presentó, este miércoles, una iniciativa legal que pondría fin al programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), pero otorgaría residencia legal permanente a aquellos que hubieran disfrutado del mismo.
Este lunes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que la situación legal de 262 mil salvadoreños acogidos al TPS concluirá en septiembre de 2019, lo que les obligaría a abandonar Estados Unidos o buscar otro camino legal para permanecer en el país tras casi 20 años de protección.
“Esta legislación ayudará a aquellos que han estado viviendo y trabajando en Estados Unidos bajo el TPS durante muchos años, a tener un estatus legal que les dé un camino hacia la residencia legal permanente y eliminar su temor a la deportación”, dijo Coffman sobre la llamada Ley TPS de 2018.
El Congreso estadounidense creó el TPS en 1990 como parte de la ‘Ley de Inmigración de 1990’ para establecer un sistema uniforme para otorgar protecciones temporales a los ciudadanos extranjeros que no pudieran regresar a sus países de origen debido a un conflicto armado, guerra civil o desastres naturales.
El DHS tiene la potestad de definir qué países cumplen los requisitos para ser considerados aptos para el TPS y una vez se realiza dicha determinación, las protecciones se emiten por un período de seis a 18 meses y pueden renovarse indefinidamente si las condiciones en esos países no cambian.
Coffman considera que, aunque el programa del TPS es “defectuoso” en tanto que aquellos ciudadanos de países empobrecidos nunca querrán regresar a ellos, incluso después de que las condiciones por las que se les concedió la protección hayan mejorado, esta legislación podrá poner fin al programa.
“Necesitamos ayudar a las personas con ayuda humanitaria allá donde están en lugar de hacer que vengan a Estados Unidos. Este programa fue una muy mala idea desde el principio y es completamente irreal pensar que, una vez aquí, estarían dispuestos a regresar a sus países de origen donde las condiciones pueden haber mejorado, pero todavía no están cerca de las condiciones de vida de aquí”, aseguró.
El congresista reconoció, sin embargo, que las generaciones de ciudadanos que han vivido en EE.UU. durante casi dos décadas sufrirán rupturas de su núcleo familiar y se verán abocadas a abandonar negocios e inversiones que también aportan al país.