Las autoridades de Puerto Rico aún están calculando los costos de lo que se espera sea un esfuerzo de meses para reinstalar el sistema de eléctrico de la isla tras el paso del devastador huracán María, lo que podría dejar por largo tiempo a oscuras a buena parte de la población de 3,4 millones de personas.
María golpeó la semana pasada el estado asociado a Estados Unidos como un huracán extremadamente peligroso de categoría 4, con vientos de 249 kilómetros por hora y enormes marejadas, que dejaron al menos 10 muertos. Los servicios de electricidad y de telecomunicaciones se cayeron.
Aún podían verse postes y cables de electricidad derribados en medio de las carreteras de la isla y varios cruces eran pistas de obstáculos donde los autos intentaban avanzar en medio de cables desparramados y otros restos.
A diferencia del impacto del huracán Irma hace unas semanas, donde decenas de miles de trabajadores de empresas de energía acudieron al estado de Florida poco después del paso del ciclón, las autoridades de Puerto Rico recién están evaluando los daños y los costos del huracán en la red de electricidad.
El proceso ha sido difícil por los vuelos restringidos a la isla y debido a que las agencias federales estadunidenses concentraron sus esfuerzos en salvar vidas y garantizar energía eléctrica para infraestructura pública crucial, como los hospitales.
La Asociación Americana de Energía Pública (APPA, por sus siglas en inglés) dijo este lunes que era necesario terminar la evaluación sobre los daños antes de pedir a las empresas de energía que envíen trabajadores y equipos. La Autoridad de Electricidad de Nueva York envió a decenas de empleados y drones el viernes.
La reinstalación será un desafío para la empresa pública de energía PREPA, que se declaró en bancarrota y que ha recibido críticas frecuentes de los puertorriqueños por los habituales cortes de luz y por cobrar tarifas más altas que otros estados de Estados Unidos, como Hawái.