El riesgo de hambruna persiste en Somalia tras una mala cosecha por la sequía, que afectará gravemente a unos 3 millones de personas a finales de año, según un informe difundido este jueves por la FAO y otras organizaciones humanitarias.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna (FEWS NET), en la que participan otros socios, advirtieron en una nota de el hambre se ha agudizado en este país del Cuerno de África.
En total, unos 6.2 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, de los que 3.1 millones (el 25 % de la población) se enfrentan a una situación de crisis o emergencia.
La persistente sequía ha ocasionado una pobre cosecha de cereales entre abril y junio pasados, muy por debajo de la media, a lo que se suma la subida de los precios de los alimentos y las pérdidas de ganado.
Las restricciones para acceder a ingresos y comida por la sequía han llevado a más de 701 mil 500 personas a abandonar sus hogares en la primera mitad de 2017.
Además, la mayoría de las zonas rurales en Somalia está en crisis o emergencia por falta de alimentos, indica el informe, que prevé altos niveles de inseguridad alimentaria en los próximos meses.
Unos 388 mil menores de cinco años sufren desnutrición aguda, de los que unos 87 mil corren el riesgo de morir, según las últimas encuestas realizadas por la FAO y sus socios.
Se calcula que las precipitaciones seguirán por debajo de la media en lo que queda de 2017 y que las temperaturas serán más cálidas de lo normal en la mayor parte del país, lo que causará retrasos en los cultivos y el agotamiento de los pastos y los recursos hídricos.
Las agencias insistieron en la necesidad de aumentar la ayuda de forma sostenida ante el riesgo de hambruna, que se mantendrá en las zonas más afectadas, entre ellas el noreste del país y ciertos asentamientos de desplazados internos.
Frente a la sequía, la respuesta humanitaria impulsada durante la primera mitad del año está teniendo un efecto “significativo” en muchas zonas de Somalia, evitando un mayor deterioro de la seguridad alimentaria, y está beneficiando a 2,5 millones de personas al mes desde abril.
La ONU ha alertado de que 20 millones de personas están al borde de la hambruna o ya la padecen en el Yemen, Sudán del Sur, Nigeria y Somalia.