La canciller alemana, Angela Merkel, colocó este martes la búsqueda de soluciones “realistas” al drama de la migración en el centro de su campaña para la reelección, tachada de aburrida en el país y en la que todo parece decidido a favor de la líder conservadora.
Abrir las fronteras a los refugiados en septiembre de 2015, en situación de emergencia humanitaria, fue la decisión “correcta”, sostuvo Merkel en su conferencia de prensa tradicional de verano, donde durante hora y media se sometió a todo tipo de preguntas.
A su juicio, es momento de afrontar los desafíos planteados por la inmigración, en lo que desempeñan un papel determinante los países de tránsito.
La líder alemana abrió su comparecencia refiriéndose al plan compartido por Francia, España, Alemania e Italia para regular el flujo migratorio en coordinación con Libia, Níger y Chad, y recordó que “ningún país puede resolver solo” el drama migratorio.
La crisis migratoria ha marcado la legislatura que ahora expira, en la que Merkel se vio duramente criticada desde sus propias filas por haber abierto dos años atrás las fronteras a los refugiados, mientras otros países europeos las cerraban.
Alemania sigue recibiendo unos 15 mil refugiados al mes y las relaciones con Turquía pasan un momento de máxima tensión, “quisieran que fueran mejores, pero soy realista”, dijo Merkel, para reiterar su exigencia a Ankara de que libere a los alemanes presos en Turquía “sin justificación”.
Merkel se vio confrontada en su extensa comparecencia con la cuestión de si estaba dirigiendo una campaña premeditadamente aburrida, como si confiara en un voto “resignado” a su favor por considerar que no hay mejor alternativa a su liderazgo.
“Lo hago lo mejor que puedo”, se defendió, para asegurar que se siente con fuerzas e ilusión para afrontar otros cuatro años más en el cargo, a sumar a los doce que lleva en la Cancillería.