El gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, arremetió contra los opositores a su régimen, acusándolos de ser cómplices de la administración de la Casa Blanca que le impuso fuertes sanciones financieras a Caracas.
Una nueva “comisión de la verdad” creada por la todopoderosa Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela inició una investigación para determinar quién es el responsable de alentar las sanciones económicas de Estados Unidos.
Delcy Rodríguez, presidente de la ANC, dijo en la red social Twitter que el “derecho antipatriota” ha impulsado la intervención militar estadunidense y las sanciones económicas y “responderá ante el pueblo”.
Las declaraciones se producen después de que el presidente Nicolás Maduro se comprometiera a procesar a los opositores a la traición que cree están detrás de las sanciones.
La Constituyente aprobó un decreto que instaló la “comisión de la verdad” poco después de asumir funciones a principios de agosto, acción que fue calificada por Washington como un fuerte golpe a la democracia venezolana y también mereció la condena de la comunidad internacional.
La comisión tiene una autoridad inusual para citar y enjuiciar a cualquier persona sospechosa de delito.
Maduro quiere que sus opositores sean investigados por traición, acusados supuestamente de conspirar con la administración del presidente Trump para sancionar a Venezuela.
El mandatario venezolano señaló a Julio Borges, el presidente del Congreso controlado por la oposición de Venezuela, como el “cerebro” de las sanciones que causaría “un gran daño” a la economía venezolana.
“Tienes que ser un gran traidor a tu país para pedir sanciones contra Venezuela”, señaló Maduro en una aparición televisada, tras conocerse las sanciones que impuso Washington a Caracas.
A medida que Maduro ha seguido una senda cada vez más autoritaria, la oposición liderada por Borges ha intensificado su campaña internacional para aislar al mandatario.
En los últimos meses, él y otros líderes han hecho viajes frecuentes a Washington y a varias capitales para buscar el apoyo contra el gobierno de Maduro, así como advertir a varios bancos de Wall Street sobre el riesgo financiero y de reputación al prestar dinero al régimen de Caracas.
En cambio, el presidente Maduro promete responder con “fuerza y ??dignidad” a las sanciones financieras anunciadas por la administración Trump, las cuales, según reconoció están obligadas a infligir dificultades a la economía local, que atraviesa una severa crisis.
Advirtió que se requerirán “sacrificios” para liberar a Venezuela del “chantaje” del dólar y del sistema financiero estadunidense que, según él, tiene un papel decreciente en la economía mundial.
“Tendremos que soportar sacrificios, pero debemos salvaguardar el país y la patria soberana para romper el bloqueo”, sostuvo.
Las sanciones fueron diseñadas para lograr un equilibrio entre los esfuerzos dirigidos a recortar la capacidad de Maduro para recaudar dinero nuevo, al tiempo que permite algunas excepciones para asegurar que los venezolanos ordinarios no se vean afligidos.
“La nueva medida del presidente (Trump) prohíbe realizar transacciones con títulos de deuda y acciones emitidos por el gobierno venezolano y su compañía petrolera estatal” (Pdvsa), según un comunicado de la Casa Blanca.
Eso supone un torpedo en la línea de flotación financiera de un país que consigue con la exportación de petróleo 96 de cada 100 dólares en divisas y que debido a la necesidad de importar alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad, tiene una gran dependencia del sector exterior.
De acuerdo al comunicado de la Casa Blanca, la orden ejecutiva de Trump “también prohíbe las transacciones con ciertos bonos existentes que pertenecen al sector público venezolano, así como los pagos de dividendos al gobierno de Venezuela”.