El polémico exalguacil Joe Arpaio se confesó este en un mensaje de Twitter “muy agradecido” y “honrado” de recibir un indulto por parte del presidente de EEUU, Donald Trump, y expresó su deseo de “dejar atrás” este capítulo.
El exalguacil del condado Maricopa, en Arizona, agradeció en las redes sociales el apoyo que recibió de sus seguidores, a quienes de paso solicitó donativos para costear los gastos que le han merecido esta larga disputa legal.
El presidente Trump indultó hoy a Arpaio, que enfrentaba una condena de hasta seis meses de cárcel tras ser hallado culpable de desacato a los tribunales por un caso de discriminación racial.
“El sheriff Joe Arpaio tiene 85 años, y tras más de 50 años de admirable servicio a la nación, merece un perdón presidencial”, afirmó hoy Trump en un comunicado.
La firma del indulto mereció la condena de políticos y organizaciones de Arizona, quienes calificaron el perdón de “insulto a la comunidad” hispana y como un “claro apoyo” a los grupos supremacistas blancos.
“Este perdón es un insulto para todos, para la comunidad inmigrante que sufrió a manos de Arpaio, una burla al mismo sistema judicial”, dijo hoy a Efe Alessandra Soler, directora en Arizona de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
ACLU fue la organización que encabezó la demanda en contra de Arpaio, que enfrentaba una condena de hasta seis meses de cárcel tras ser hallado culpable de desacato a los tribunales por un caso de discriminación racial.
“Arpaio fue un alguacil que violó las ordenes de la corte. Lo que hizo Trump fue perdonar a un criminal que abuso de su poder”, enfatizó Soler, quien no ocultó su frustración de que tras cerca de una década de litigios Trump “borre todo” con una sola firma.
Arpaio fue alguacil del condado de Maricopa (Arizona) -que incluye Phoenix- entre 1993 y 2017, 24 años en los que se hizo famoso en todo el mundo por su mano dura con los inmigrantes indocumentados y por las severas condiciones en la cárcel bajo su jurisdicción.
En 2011, la Justicia ordenó a Arpaio que abandonase su estrategia de detener a gente por razones raciales, pero el polémico alguacil siguió con sus tácticas, ante lo cual una jueza abrió en 2015 un caso en su contra del que fue hallado culpable en julio pasado y por el que podía recibir hasta seis meses de cárcel.
El pasado martes, en un mitin precisamente en Phoenix, Trump cuestionó que Arpaio fuese hallado culpable “por hacer su trabajo”.
“Es un insulto para la comunidad para que alguien que fue enjuiciado por la corte federal y encontrado culpable de abuso de poder sea perdonado”, dijo a Efe el congresista por Arizona Raúl Grijalva.
“El presidente Trump no solo perdonó a Arpaio, sino dio su perdón y apoyo a grupos supremacistas que piensan como Arpaio“, agregó el congresista.
“Un perdón para Arpaio es un respaldo al racismo desde la más alta oficina en la tierra, señalando a los estadounidenses que la conducta discriminatoria y un descarado desprecio por el proceso judicial es aceptable”, manifestó en un comunicado la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos (NALEO).
Por su parte, el grupo Puente, férreo opositor de Arpaio, condenó el indulto otorgado por Trump y consideró que el mandatario se ha “consolidado” como un “candidato supremacista blanco”.
La organización aseguró en una nota de prensa que Trump “pierde su legitimidad como presidente” tras indultar a Arpaio.
Por su parte, UnidosUS, antes el Consejo Nacional de la Raza (NCLR), calificó de “obsceno” el indulto presidencial a favor del exalguacil, quien “repetidamente violó la ley al involucrarse en el hostigamiento y abuso altamente publicitados” contra las minorías raciales.
“Es difícil imaginar a alguien menos digno de un perdón o de la misericordia de cualquier tipo que Joe Arpaio“, declaró la presidenta de la organización, Janet Murguía.