El crimen organizado cuesta unos 28 mil 300 millones de dólares estadunidenses al año a Australia, con la colaboración al alza de expertos en computación, abogados y contadores.
El robo de identidad es uno de los delitos más usuales a cargo de los grupos de crimen organizado, pero crece el empleo de “facilitadores profesionales“, asunto que cada día cobra más seriedad.
Los datos constan en el Reporte 2017 sobre Crimen Organizado en Australia, difundido este jueves en el país de Asia Pacífico.
Además, los expertos en computación son cada vez más utilizados para sofisticados fraudes, robo de identidad y ocultamiento de dinero, indica el documento elaborado por la Comisión australiana de Inteligencia Criminal (ACIC).
Los profesionistas citados operan como facilitadores o intermediarios para la obtención de ganancias financieras ilegales mediante evasión de impuestos, lavado de dinero y esquemas de pensiones fraudulentos.
El informe denuncia que la corrupción del sector público preocupa, y señala que mientras Australia estaba en el séptimo lugar en 2012 en el Índice de Corrupción de Transparencia Internacional, en 2016 había caído al 13.
Las nuevas tecnologías y métodos sofisticados obscurecen las actividades criminales, por lo que se requiere una respuesta conectada, informada y colaborativa, subraya Nicole Rose, jefa ejecutiva de la ACIC.
La agencia señala que las amenazas futuras se encuentran en el creciente consumo de cocaína, opioides y metanfetaminas, la penetración en el sector financiero, fraudes en el aparto de migración así como fraudes en línea.
El crimen organizado está alcanzado la vida de los australianos de formas sin precedentes, y es destructor, perverso y sofisticado.
Los grupos trasnacionales del crimen organizado tuvieron un significativo impacto en Australia en los dos años anteriores, pues su tecnología e infraestructura les permite realizar múltiples crímenes, subraya el documento.