El Congreso chileno aprobó el miércoles un emblemático proyecto para despenalizar el aborto en tres causales, aunque legisladores conservadores buscarán frenar en el Tribunal Constitucional la iniciativa impulsada por la mandataria socialista Michelle Bachelet.
En una ardua discusión, el Senado despachó por una estrecha mayoría y en su último trámite la iniciativa para flexibilizar la estricta normativa y permitir la legalización del aborto en caso de que la madre esté en peligro, si un feto es inviable o cuando el embarazo es resultado de una violación.
Chile es actualmente uno de los pocos países en el mundo donde el aborto es ilegal en todos los casos, en una muestra de su tradición conservadora.
“Hoy estamos despachando un texto que está devolviendo la libertad a las mujeres”, dijo el senador Felipe Harboe, del partido oficialista PPD.
“Esto no se trata del aborto libre, sino de tres causales dramáticas. No hay ninguna mujer que estando en cualquiera de esas tres causales pueda estar feliz, pero no hay ningún hombre que tenga derecho a hacerla perseverar en el sufrimiento”, agregó.
El aborto fue legal en Chile para algunos casos desde la década de 1930 hasta que fue abolido por el dictador Augusto Pinochet hacia el final de su régimen, que se extendió entre 1973 y 1990.
El pacto de partidos conservadores “Chile Vamos” votó en bloque en contra de la despenalización del aborto, en un país en que sondeos han mostrado que cerca del 70 por ciento de la población estaría a favor de la interrupción del embarazo bajo las tres causales.
Con todo, legisladores conservadores anticiparon que recurrirán la próxima semana al Tribunal Constitucional para frenar la promulgación del emblemático proyecto.
“Vamos alegar (en el tribunal) que las causales invocadas violentan el derecho a la vida”, dijo el senador conservador Juan Antonio Coloma del partido UDI.