Susan Bro, la madre de Heather Heyer, la joven que murió el pasado fin de semana en Charlottesville, Virginia, arrollada por un supremacista blanco, aseguró este viernes que no hablará con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, después de que este “equiparase” a los manifestantes antirracismo con los neonazis.
“No había visto las noticias hasta anoche y no voy a hablar con el presidente ahora, después de lo que dijo”, afirmó Bro en una entrevista en la cadena ABC después de que la Casa Blanca hubiera anunciado el interés del mandatario en hablar con ella.
“No es que haya visto los tuits de alguien sobre él, vi su clip de vídeo en una rueda de prensa equiparando a los manifestantes con el KKK (Ku Klux Klan) y los blancos supremacistas”, aseguró.
Bro se refería así a la comparecencia ante los periodistas del martes en Nueva York en la que Trump señaló que tanto los manifestantes supremacistas como los opositores que protestaron contra el racismo tenían “parte de culpa” de lo sucedido.
“No puedes salir de esto dándome la mano y diciendo ‘Lo siento’. No voy perdonar por eso”, agregó Bro.
Al ser preguntada sobre si había algo que le gustaría decir a Trump, fue contundente: “Piense antes de hablar”.
Heyer, de 32 años, falleció al ser atropellada por un vehículo que arremetió contra una multitud de personas que protestaban en una manifestación antirracista contra los supremacistas blancos en Charlottesville el pasado sábado.
El presunto conductor, James Alex Fields Jr., fue fotografiado asistiendo a la marcha de neonazis y fue arrestado y acusado de asesinato en segundo grado tras el atropello, en el que veinte personas también resultaron heridas.
Bro en un primer momento agradeció las palabras de Trump del lunes cuando condenó el odio y el fanatismo, pero cuando el mandatario señaló el martes que había que responsabilizar a los dos bandos de los hechos violentos de Charlottesville cambió de opinión.
Trump había mostrado su intención de conversar con Bro, aunque indicó que esperaría al momento adecuado para respetar los difíciles momentos de la familia de la fallecida.