La policía alemana mantiene este sábado un gran operativo para contener las manifestaciones violentas en contra de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20), y mantener a los protestantes alejados de la zona de seguridad donde se reúnen los jefes de Estado y gobierno.
La policía tiene como misión impedir que los manifestantes crucen la zona de seguridad, donde se albergan los gobernantes y sus delegaciones, para ello cuentan con vehículos para lanzar chorros de agua de alta presión, helicópteros y casi 21 mil agentes del orden.
Este sábado, la segunda jornada de trabajos del G-20 y la última, ha sido muy turbulento, así como la noche del viernes, luego que las autoridades encargadas de la seguridad, pese a haber tenido una escrupulosa preparación con anticipación, fueron sorprendidas por las violentas tácticas de los manifestantes.
En especial por el llamado “bloque negro”, un grupo antiglobalización, cuyos integrantes van encapuchado y vestidos de negro, y que en un inicio su protesta era en contra del hambre, la pobreza, la desigualdad, y el cambio climático, pero que desencadenaron actos violentos y enfrentamientos con la policía.
Cientos de manifestantes del llamado “bloque negro” acuden a las protestas vestidos con el mismo tipo de rompevientos negro con capucha y con mochila roja a la espalda. Todos llevan la cara cubierta, para no ser identificados.
Las tácticas de protesta se han diversificado y han pasado de la verbal a la comunicación y convocatorias a través de redes en internet con comunicados que critican la actuación de la policía y la califican de “salvaje e inhumana”.