La embajada de Estados Unidos en Bolivia rechazó este miércoles las acusaciones del presidente Evo Morales de un supuesto patrocinio de la agencia estadounidense Usaid con 4 millones de dólares a movimientos presuntamente separatistas en las regiones bolivianas que reclamaban autonomía en 2008.
En un comunicado difundido hoy, la representación diplomática sostuvo que estas acusaciones son “graves, completamente infundadas” y se basan “en invenciones ideológicas” y en una fuente “extremadamente sesgada y carente de toda credibilidad”.
“Todos los programas de la Agencia de cooperación Usaid están aprobados por el Congreso de los EEUU y anunciados públicamente y fueron de conocimiento de autoridades del Gobierno de Bolivia. El Gobierno de los EEUU no ha estado involucrado en ningún movimiento separatista en Bolivia”, agrega el comunicado.
La embajada estadounidense respondió de esta forma a Morales, quien hizo el lunes esas acusaciones basándose en información revelada por el periodista noruego Eirik Vold como parte de sus investigaciones sobre los documentos de Wikileaks.
“Según correos electrónicos tratados entre 2006 al 2009, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, Usaid, entregó al menos 4 millones de dólares a movimientos separatistas de la región conocida como la ‘Media luna’, que integran los departamentos orientales de Bolivia”, dijo el lunes el gobernante.
Morales se refirió a las protestas ocurridas en los departamentos bolivianos de Pando (noreste), Beni (este), Santa Cruz (este) y Tarija (sur), que en 2008 se movilizaron en su contra para reclamar autonomía y que él siempre consideró movimientos secesionistas.
Según la versión del mandatario, las gobernaciones de esas regiones recibieron la financiación, como también supuestamente lo hicieron los movimientos indígenas antigubernamentales.
Asimismo, agregó que esos documentos también señalan que autoridades de Estados Unidos consideraron un plan para asesinarlo.
El mandatario ha acusado varias veces a Estados Unidos de haber apoyado supuestos planes para acabar con su vida o dividir el país andino, algo que ha sido rechazado siempre por Washington.
Bolivia y EEUU no tienen relaciones a nivel de embajadores desde 2008, cuando Morales expulsó al entonces embajador estadounidense, Philip Goldberg, bajo acusaciones de conspiración e injerencia política.
Washington respondió con la expulsión del entonces embajador boliviano en Estados Unidos, Gustavo Guzmán.
En 2008, Morales también expulsó a la agencia antinarcóticos de EEUU (DEA, por sus siglas en inglés), acusándola de conspiración y en 2013 hizo lo mismo con Usaid, bajo los mismos argumentos, que han sido rechazados siempre por Washington.
La restitución de embajadores no ha sido posible pese a que ambos países firmaron a fines de 2011 un acuerdo para avanzar en la normalización de las relaciones bilaterales.