Los dirigentes ruso, ucraniano, francés y alemán abordaron este lunes por teléfono el conflicto en Ucrania, un día después de que el nuevo representante especial de Washington para las negociaciones acusara a Moscú de ser responsable de alentar la guerra en el este del país.
Los cuatro dirigentes escucharon primero el informe de los responsables de la misión de observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sobre el respeto del alto el fuego entre las tropas gubernamentales y los separatistas prorusos del este de Ucrania, según un comunicado del Kremlin.
Luego intercambiaron ideas sobre la situación en el sureste de Ucrania, teniendo en cuenta los obstáculos a la hora de aplicar los acuerdos de paz de Minsk de febrero de 2015, prosigue el comunicado.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “explicó en detalle el enfoque ruso sobre las principales disposiciones del acuerdo”, según el documento.
Los dirigentes establecieron como prioridad la retirada de las tropas y de las armas pesadas de determinadas zonas y barrios ya definidos, indica un comunicado distinto, procedente del Gobierno alemán.
“El presidente francés [Emmanuel Macron] y la canciller [alemana, Angela Merkel] animaron a aplicar medidas recíprocas, el intercambio de prisioneros de aquí a finales de año (…) y la reanudación de las relaciones económicas”, precisa el texto.
Se trata de la primera entrevista telefónica entre esos cuatro países, que auspician las negociaciones de paz en Ucrania, desde el principio del mandato de Macron.
La víspera, el nuevo representante especial de Washington para las negociaciones sobre Ucrania, Kurt Volker, acusó a Moscú de mantener la “guerra caliente” en el este del país.
Los acuerdos de Minsk, firmados en febrero de 2015, tratan de instaurar un alto el fuego en Ucrania y de entablar un diálogo político entre los separatistas prorrusos y el Gobierno de Kiev, pero apenas se aplicaron desde su firma.
Un nuevo estallido de violencia causó la muerte de 11 soldados ucranianos en el este desde el miércoles.
El conflicto, que comenzó hace tres años, dejó más de 10 mil muertos. Kiev y los occidentales acusan a Rusia de financiar y brindar apoyo militar a los rebeldes, lo cual desmiente Moscú.