El emir de Qatar, jeque Tamim bin Hamad al-Thani, condenó este viernes la “campaña sucia de difamación” contra Doha pero expresó su disposición al diálogo para resolver la crisis diplomática, aunque aclaró que cualquier solución debe respetar la soberanía de su país.
En un discurso televisado este viernes, el emir qatarí dijo estar abierto a negociaciones para resolver los problemas pendientes y valoró la mediación de Kuwait y el apoyo de Estados Unidos, Turquía y Alemania en los esfuerzos por solucionar la crisis.
Se trató de su primer mensaje desde que Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto rompieron lazos diplomáticos y económicos con Qatar, el pasado 5 de junio, acusándolo de financiar y apoyar a grupos terroristas, así como de promover el extremismo.
Al-Thani agradeció a Turquía por poner en vigor rápidamente un acuerdo bilateral de cooperación y por satisfacer las necesidades básicas de Qatar, enfatizando que “está claro que la campaña contra nosotros fue planeada de antemano. Hicimos una prueba y la aprobamos”.
El emir saludó la solidaridad y la resolución que los qataríes han mostrado frente a la crisis, y aseguró que hará que su país sea “aún más resistente”, pues “nos hemos mantenido firmes a nuestros principios y tradiciones incluso en este tiempo, por la simple razón de que nos respetamos a nosotros mismos”.
También afirmó que los qataríes están llamados a abrir la economía a las inversiones, “he dado la instrucción de diversificar nuestra economía”, puntualizó el jeque, de acuerdo con reportes de la cadena de noticias Al Yazira.
Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto presentaron una serie de demandas a Qatar para restablecer las relaciones, sin embargo Doha –que niega las acusaciones- ha rechazado algunos puntos que considera violan su soberanía e interfieren en sus asuntos internos.
Estados Unidos y otros países occidentales han enviado representantes a la región para trabajar con las partes a fin de que resuelvan la disputa.
El discurso de Al-Thani fue transmitido un día después de que el gobernante qatarí emitió un decreto que establecía nuevas reglas para definir el terrorismo, congelar el financiamiento del terrorismo y establecer listas de terrorismo nacional.