El disidente chino Liu Xiaobo se encuentra “en estado crítico“, anunció este lunes el hospital donde está internado por un cáncer de hígado en fase terminal, pero sus partidarios exigen que sea trasladado de urgencia al extranjero.
“El equipo nacional de expertos piensa que el paciente está en estado crítico”, indicó el hospital de Shenyang, en el noreste de China, cuyo equipo médico afirmó estar dispuesto a trasladar a Liu a la unidad de cuidados intensivos.
El disidente había sido hospitalizado tras obtener la libertad condicional después de que en mayo se le diagnosticara un cáncer de hígado ya en fase terminal.
Los últimos exámenes revelan que el tumor se extendió y que Liu sufre una baja de la presión arterial e insuficiencia renal, indicó el hospital.
Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos y allegados a Liu acusan al gobierno chino de haber esperado a que su estado de salud empeorara antes de liberarlo, pero las autoridades afirman que Liu está siendo atendido por reputados cancerólogos.
El sábado, el hospital de Shenyang indicó que el enfermo no podía ser trasladado al extranjero, contradiciendo el deseo de Liu Xiaobo que pidió ser tratado fuera de China.
Sin embargo, los médicos estadounidenses y alemanes que examinaron a Liu Xiaobo afirmaron el domingo que este podría viajar “sin peligro”.
Según sus seguidores, el comunicado alarmista del hospital sirve a los intereses del régimen comunista, que trata de evitar a toda costa que el activista viaje al extranjero.
“Los expertos extranjeros dijeron que podían garantizar su seguridad si era trasladado rápidamente al extranjero. Si seguimos esperando, podría caer en coma, hasta que no se le pueda trasladar”, observó el disidente Hu Jia.
Para Ye Du, un disidente próximo a la familia de Liu Xiaobo, Pekín pretende mantener detenido al opositor político “hasta la muerte”.
El activista prodemocracia, de 61 años, fue condenado en 2009 a 11 años de prisión por “subversión” tras haber reclamado reformas democráticas.
Fue uno de los autores de un manifiesto, la Carta 08, que exigía elecciones libres. Durante la ceremonia de entrega del premio Nobel en Oslo en 2010, estuvo representado por una silla vacía.