El Ejército de Filipinas declaró una “tregua humanitaria” en la asediada ciudad de Marawi para permitir la salida de civiles atrapados, atender a los heridos y recuperar los cuerpos de las víctimas de los combates con el grupo Maute, afín al Estado Islámico (EI).
“El general Eduardo Año, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP, por sus siglas en inglés) ha aprobado una pausa humanitaria para dar paso a la relevación de las tropas, la recuperación de los heridos y muertos y el rescate de los civiles atrapados”, anunció el portavoz del Ejército, Restituto Padilla.
El general brigadier explicó que el alto el fuego humanitario será efectivo solo este domingo y tendrá una duración de cuatro horas, entre las 08:00 y 12:00 horas locales, aunque hay peticiones para que se extienda otros días, según un reporte de la cadena ABS-CBN.
El vocero oficial de las Fuerzas Armadas de Filipinas indicó que la pausa humanitaria será dirigida por la jefa del panel de implementación del acuerdo de paz del gobierno con el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF), Irene Santiago, y contará por el respaldo de varias organizaciones humanitarias, que ayudarán con las necesidades de los civiles.
Padilla indicó que el alto el fuego permitirá a los equipos de socorro llegar a los civiles que necesitan ayuda y darles asistencia, así como trasladarlos a zonas más seguras, lejos de los combates que desde hace más de una semana libran el Ejército y milicianos del grupo Maute.
La sureña ciudad de Marawi se encuentra desde el pasado 23 de mayo bajo la ley marcial, declarada por el presidente Rodrigo Durtete por los actos de violencia, secuestros en masa y asesinatos perpetrados por militantes del grupo Maute.
Los milicianos se levantaron después de que las Fuerzas Armadas llevaron a cabo una operación especial en toda la región de Mindanao para capturar a Isnilon Hapilon, líder del grupo islamista Abu Sayyaf y del ala del EI en Filipinas.
Padilla pidió a los ciudadanos de las localidades vecinas de Marawi permitir el acceso de los soldados para llevar a cabo sus labores humanitarias y a los residentes atrapados en la ciudad seguir las recomendaciones de las AFP para garantizar el éxito de su rescate.
Según datos oficiales, desde que estalló la violencia en Marawi el pasado 23 de mayo, al menos 178 personas han muerto, 120 de ellos milicianos y 20 civiles, mientras que las fuerzas gubernamentales han sufrido 38 bajas.
El Secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, aseguró la víspera que había unos 250 militantes en la ciudad, entre ellos una veintena de extranjeros de países lejanos como Arabia Saudita, Marruecos, Pakistán y Chechenia, sin embargo Indonesia aseguró este domingo que al menos mil 200 yihadistas externos estarían combatiendo en Marawi.
“Fui informado anoche que hay unos mil 200 (yihadistas) del EI en el sur de Filipinas, 40 de ellos indonesios”, afirmó el ministro de Defensa de Indonesia, Ryamizard Ryacudu, en Singapur, durante el foro Diálogos de Shangri La, que concluyó este domingo en esa ciudad-Estado.
Ryacudu evitó dar más detalles sobre el origen de esta información, que abordó con sus homólogos de la región durante el foro, pero aseguró que “la amenaza de terrorismo en la región ha alcanzado un nivel inmediato sin precedentes de emergencia”.
El ministró calificó a los militantes del EI como “máquinas de matar” y llamó a los países de la región a reforzar la cooperación para hacerles frente, principalmente en Filipinas, donde al parecer los milicianos quieren establecer su base regional.
“El año pasado alertamos del retorno de combatientes en el extranjero en esa zona, con su firme intención de convertir el sur de Filipinas en una base, lo que ahora podemos ver, ha resultado cierto en Marawi”, aseguró.