Human Rights Watch (HRM) urgió hoy a los Estados miembros de la ONU a denunciar los crímenes y ejecuciones extrajudiciales cometidos en Filipinas en la campaña en contra del narcotráfico, en la revisión periódica ante el Consejo de Derechos Humanos a la que se enfrentará el país asiático el lunes.
La organización en defensa de los derechos humanos aseguró en un comunicado que la “guerra antidroga” emprendida por el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ya se ha cobrado la vida de 7 mil personas en diez meses.
De acuerdo con HRW, los miembros de las Naciones Unidas deben pedir al país asiático que apoye y respete una investigación internacional de estas muertes, “como respuesta a la incapacidad de las autoridades filipinas de resolver estos casos y de llevar ante la ley a los responsables”.
En lo que será el tercer Examen Periódico Universal del país, Estados y observadores del Consejo de Derechos Humanos pasarán revista a los últimos cuatro años de la administración del presidente Benigno Aquino III y del corto periodo en el que Duterte ha ejercido el poder.
Para HRW, este examen de los derechos y obligaciones de Filipinas, al que se somete periódicamente como miembro de las Naciones Unidas, es “crucial” dadas las “calamidades” que se han producido en el país desde que Duterte asumiera el poder el verano pasado.
“La guerra contra las drogas de Duterte no es nada mas que una guerra asesina en contra de los pobres”, dijo el director adjunto de Asia de Human Rights Watch, Phelim Kine.
Según la ONG, en esta campaña policial y militar se han cometido ejecuciones extrajudiciales y sumarias de supuestos criminales, consumidores o traficantes de droga.
Human Rights Watch señaló, además, la tortura en las cárceles, las desapariciones forzosas, los malos tratos hacia la disidencia y los miembros de pueblos indígenas, el trabajo infantil en minas de oro o mercurio y la epidemia del VIH entre los hombres homosexuales, como los principales problemas a los que se enfrenta Filipinas.