El presidente de Brasil, Michel Temer, indagado por la justicia y con amenazas de juicio político, reiteró su negativa a dimitir y rechazó haber cometido alguna ilegalidad en sus vínculos con el dueño de la empresa cárnica JBS, Joesley Batista, quien le grabó una comprometedora conversación.
“No estoy perdido”, dijo el presidente en entrevista al diario Folha de Sao Paulo, y reiteró: “Voy a continuar”.
Temer, investigado por la Fiscalía por corrupción, obstrucción a la justicia y pertenencia a organización criminal, enfrenta su peor crisis desde que llegó al poder hace un año como consecuencia de las revelaciones de Batista sobre supuesto pago de comisiones ilegales para obtener favores políticos.
El mandatario asegura que dispone del apoyo del Legislativo para seguir adelante con sus reformas económicas -en particular las controvertidas del sistema de pensiones y laboral-, aunque algunos partidos aliados amenazan con abandonar la coalición gubernamental.
“Voy a revelar fuerza política precisamente a lo largo de estas próximas semanas, con la votación de temas importantes”, aseguró Temer al diario brasileño.
Batista, dueño de la mayor empresa exportadora de carne del mundo (JBS), en el centro de una trama masiva de compra de favores políticos por medio de pagos ilícitos a decenas de parlamentarios, acusa a Temer de haberle pedido y recibido por medio de intermediarios millones de reales para varias campañas políticas.
El empresario, que huyó a Nueva York antes de que el escándalo fuera publicado la semana pasada, aseguró en sus declaraciones a la Fiscalía -con la que cerró un acuerdo de colaboración- que “el presidente Michel” era su hombre clave para lograr intereses corporativos en el gobierno.
Asimismo, Batista entregó una grabación realizada por él mismo durante una reunión con Temer en marzo, en la residencia presidencial, en la que el mandatario escucha una serie de ilegalidades (compra de jueces, diputados y ministros) que Batista habría cometido, valorando alguna de ellas con el adjetivo “¡óptimo!”.
En esa grabación, Temer apoya que Batista siga pagando al expresidente del Congreso, Eduardo Cunha, condenado a 15 años por corrupción, para comprar su silencio, pues el “verdugo” político de Dilma Rousseff podría revelar comprometedores informes si concluye un acuerdo de delación con la justicia.
En ese audio, de 35 minutos y publicado por las principales televisoras del país, el presidente indica a un diputado, Rodrigo Rocha Loures, para negociar supuestamente el soborno a pagar a cambio de que el gobierno ayudara a JBS en un contencioso con la estatal Petrobras sobre el precio del suministro de gas.
Seguimientos y filmaciones posteriores de la policía federal –que colaboró con Batista- demostraron que Rocha Loures recibió en metálico 500 mil reales (156 mil dólares) de JBS.
Temer dijo que sospecha que la grabación fue manipulada y editada, y pidió al Supremo que investigue si fue efectivamente alterada.
Al menos ocho pedidos de juicio político (conocido con el término “impeachment”) fueron presentados contra Temer en los últimos días, uno de ellos a cargo de la Orden de Abogados de Brasil (OAB).
Aunque el presidente ha reiterado que no dimitirá, en Brasil algunos analistas dan por hecho que Temer no terminará su mandato, que está previsto a finalizar el 31 de diciembre de 2018.