La manifestación coincidió con la feria de San Isidro en Madrid, célebre por sus corridas.
Para los organizadores de la marcha, esa fiesta significa “la tortura y muerte, como mínimo, de 204 animales”.
“Debemos gritar bien alto que no queremos que se siga tolerando y subvencionando la tortura de estos animales”, explicó el texto del colectivo “Tauromaquia es Violencia”, que convocó la protesta.
“Soy española pero no me gustan las corridas de toros porque pienso que para divertirse no hace falta hacer daño a un animal, un país se mide su grado de ética y de moral y de civilización, por el respeto que tiene a los animales y por cómo los trata” explicó a la AFP una de las manifestantes, Sandra Barrena, de 48 años, abogada que acudió a la convocatoria desde el País Vasco (norte).
“La tortura no es cultura” gritaron los manifestantes.
En 2010, el parlamento de Cataluña votó la prohibición de la corrida en esa región del noreste. Pero el Tribunal Constitucional anuló el año pasado esa medida porque considera que el Estado debe preservar las corridas, inscritas desde 2015 en el “patrimonio cultural inmaterial” del país.
Las autoridades “dicen que no se puede maltratar animales salvo en espectáculos autorizados y los espectáculos autorizados son todos aquellos de los que la tauromaquia vive” criticó Jose Enrique Zaldívar, veterinario, presidente de la Asociacón de veterinarios abolicionistas de la tauromaquia y del maltrato animal.
“Necesitamos que desaparezca la figura de que la tauromaquia es bien de interés cultural y eso se puede hacer legislativamente”, añadió.
En septiembre pasado miles de manifestantes reclamaron en Madrid esa abolición.
Pero la tradición sigue viva en España: en 2015 se organizaron 1.736 fiestas taurinas, entre ellas 394 corridas, según el ministerio de Cultura.