A paso lento, con bastón o en silla de ruedas, unos 2 mil abuelos venezolanos desafiaron este viernes las barreras y el gas pimienta de la policía en Caracas, para exigir al presidente Nicolás Maduro medicinas y un “mejor país” para sus nietos.
Convocada por la oposición, la “marcha de los abuelos”, en el este de la capital y otras ciudades del país, tocó una fibra sensible, la crisis de salud, un día después de que la ministra Antonieta Caporale fuera destituida tras divulgar preocupantes cifras sobre el deterioro del sector.
“No queremos dictadura, sino una vejez digna, medicinas, comida y libertad”, dijo Lourdes Parra, de 77 años, con una bandera en la espalda y un letrero que decía: “Esta abuelita está arrecha (enojada) y sigue en pie por su país”.
La marcha fue bloqueada en una estratégica avenida por agentes con escudos, lo que originó un forcejo. Un anciano con gorro de San Nicolás les gritaba: “¡Somos abuelos, déjennos pasar. Respeten, carajo!”
Exaltados, algunos hombres y mujeres mayores lanzaron golpes e insultos. “¿Vas a golpear a tus papás? ¡Somos una pila de viejos!”, gritaron algunos a los policías, que dispersaron gas pimienta para hacer retroceder a la multitud.
ASESINO Maduro ataca con gas pimienta a nuestros #Abuelos q marchan hacia la Defensoría del Pueblo #Caracas #12May pic.twitter.com/ryBXwVGRmJ
— TITO RODRIGUEZ (@TITORODRIGUEZZ) 12 de mayo de 2017
El gobierno también organizó una concentración de adultos mayores en el centro de Caracas, que encabezaron dirigentes del gobierno, lanzando vivas a Maduro y al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
“Estamos defendiendo el legado de Chávez, las conquistas de la revolución. Como abuelos queremos la paz para el país, para nuestros hijos y nietos”, dijo Virgilio Briceño, profesor retirado de 70 años, en el palacio presidencial de Miraflores.
El gobierno reivindica haber otorgado seis millones de pensiones, pero la oposición asegura que han sido carcomidas por una inflación que, según el FMI, cerraría este año en 720 por ciento.
De acuerdo con encuestas privadas, siete de cada diez venezolanos rechaza la gestión de Maduro.
Los manifestantes insistieron en marchar hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, pero las protestas opositoras, que desde el 1 de abril dejan 38 muertos, no han logrado llegar a ese sector donde están el palacio de Miraflores y las sedes de los poderes públicos.
“Esto es horrible, no tienen compasión ni de los viejitos”, dijo Sandra Franchi, de 65 años, quien se limpiaba de la cara con un pañuelo los restos del gas pimienta.
Con unas cajas de medicamentos vacías, Carlos Rivas, de 67 años, estaba en la primera línea de la marcha: “No tengo medicinas y la pensión no me alcanza para nada”.
Según la Federación Médica Venezolana, los hospitales están funcionando con apenas 3 por ciento de los medicamentos e insumos requeridos, mientras la Federación Farmacéutica sostiene que la escasez de medicinas llega a 85 por ciento.
El reporte que antecedió la salida de la ministra de Salud reveló esta semana que la mortalidad infantil aumentó 30.12 por ciento en 2016 y la materna un 65 por ciento, mientras repuntan enfermedades como la malaria.
En silla de ruedas, José Dacre, de 64 años, dijo haber ido a la protesta porque tiene la obligación de “dejar a los muchachos un país libre”.
En choques cada vez más frontales, los antimotines suelen lanzar bombas lacrimógenas y chorros de agua a presión, a los que jóvenes manifestantes, encapuchados y con escudos de madera y metal, responden con piedras, cócteles molotov, bombas de pintura y hasta de excrementos.
Desde que estallaron las protestas para exigir la salida de Maduro -elegido hasta 2019-, los disturbios dejan además centenares de heridos y detenidos, de los cuales 155 fueron enviados a prisión por orden de tribunales militares, según la ONG Foro Penal.
Las protestas exigen elecciones generales y rechazan una Asamblea Constituyente que convocó Maduro el 1 de mayo.
Maduro acusa a la oposición de declarar una “insurgencia armada” para darle un “golpe de Estado” y dijo que para “lograr la paz” y “derrotar a los violentos”, impulsa una Constituyente “popular”, que la oposición considera un “fraude” para evadir elecciones y afianzarse en el poder.
El gobierno socialista acusa a Estados Unidos y a la Organización de Estados Americanos (OEA) de “apoyar” los “actos vandálicos” de las protestas.
La oposición convocó para el sábado a caravanas de vehículos, bicicletas, motos y hasta a caballos en todo el país, y el domingo a una marcha con motivo del Día de la Madre.
Fotogalería: Marcha de los abuelos en Venezuela