La oposición venezolana llamó este lunes a rebelarse contra la convocatoria del presidente Nicolás Maduro a una Asamblea Constituyente, advirtiendo que reafirma un “golpe de Estado” para evadir elecciones.
“Es una estafa para engañar al pueblo con un mecanismo que no es otra cosa que agravar el golpe de Estado y buscar con la Constitución destruir la propia Constitución, la democracia y el voto”, denunció en rueda de prensa Julio Borges, presidente del Parlamento, de mayoría opositora.
“Llamamos a rebelarse al pueblo y no aceptar este golpe de Estado. Lo que está proponiendo Maduro en su desesperación es que Venezuela más nunca logre votar en unas elecciones directas, libres y democráticas”, agregó el diputado sobre la propuesta para cambiar la Carta Magna.
Previamente, el excandidato presidencial Henrique Capriles había afirmado en Twitter que el gobierno pretende “matar la Constitución” mediante un “fraude”, y llamó a las bases opositoras a “desobedecer semejante locura”.
Al hacer el anuncio ante miles de partidarios, Maduro dijo que se trata de una “Constituyente popular” y que al menos la mitad de sus integrantes serán elegidos por sectores ciudadanos como los discapacitados o las minorías sexuales, y no por partidos políticos.
Borges anunció manifestaciones contra dicha convocatoria: un “cacerolazo” la noche de este lunes en el oeste de Caracas, un bloqueo de calles por dos horas el lunes en la mañana y una “mega-acción de calle” el miércoles.
La oposición acusa a Maduro de perpetrar un “golpe de Estado”, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asumiera temporalmente los poderes del Legislativo y retirara la inmunidad a los diputados, lo que desató protestas que llevan un mes y dejan 28 muertos.
Gobierno y oposición se acusan mutuamente de esos fallecimientos.
Ambas medidas fueron anuladas por el TSJ en medio de fuerte presión internacional, pero los opositores consideran que la violación se mantiene.
El politólogo Nicmer Evans, chavista pero contradictor de Maduro, sostuvo que la propuesta de Constituyente representa la “muerte del proyecto” fundado por el fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), y es una treta del presidente para ganar tiempo ante las protestas opositoras que exigen un adelanto de las elecciones presidenciales de 2018.
“Esta Constituyente madurista es una traición clara a Chávez y al pueblo”, expresó.