Los primeros cien días del presidente Donald Trump en la Casa Blanca “no tienen parangón, comenzando porque los mismos han discurrido con innumerables e inesperados puntos de giro, como si se tratara de una serie de televisión”, afirmó el editorial del diario El Tiempo.
“No tiene comparación por varias razones. Desde las anecdóticas, como los 25 días que ha pasado en su residencia del exclusivo condominio Mar-a-Lago, en la Florida, hasta las menos banales como su obstinación con borrar el legado de su antecesor. Sobre todo, su fallido intento de desmontar el sistema de salud que dejó Barack Obama”, anotó,
Hay otras más inquietantes – agregó el rotativo – “como la del nivel de hostilidad que desde el primer día se instaló en su relación con la prensa. El tira y afloje inicial se dio por causa de la polémica por el número de asistentes a su toma de posesión”.
Este episodio atravesado por otro “elemento fundamental en este arranque: el de la abierta distorsión y manipulación de hechos y cifras, la misma que a veces obliga a dudar de si él y su equipo tienen claro por dónde va la línea que separa realidad y ficción”.
“Filtraciones dan cuenta, entre otros, de su dificultad para consolidar una dinámica de trabajo en equipo el gran dolor de cabeza de Trump”, subrayó el editorial de El Tiempo.
Precisó que “estas dan cuenta, entre otros, de su dificultad para consolidar una dinámica de trabajo en equipo, de los distintos bandos que se disputan el privilegio de hablarle al oído y de la a veces desmedida y cuestionable preponderancia que tienen sus familiares”.
“La trama ha tomado inesperados rumbos más de una vez: como ocurrió con la decisión de bombardear la base aérea de Siria desde donde se presume que las fuerzas de Bashar al Asad lanzaron el atroz ataque con armas químicas”, destacó el rotativo.
Este hecho estuvo seguido de la muestra de “los dientes en forma de portaaviones a Corea del Norte, intentando disuadir a Kim Jong-un de continuar con su aventura nuclear.
Ambos episodios no estaban en el libreto del candidato que aseguró innumerables veces que Estados Unidos renunciaría a ser el policía del mundo”.
El más reciente capítulo “ha sido el de la reforma tributaria, propuesta calificada por The New York Times como risible y dirigida “a que unos pocos se enriquezcan a expensas del futuro del país”.
“De nuevo, nada que ver con el candidato que decía estar del lado de la clase trabajadora. Falta ver qué tanto margen le dan la gente y el Congreso para nuevos giros de este tipo”, concluyó el diario colombiano.