El Ejército de Estados Unidos comenzó a transportar el miércoles partes de un controvertido sistema de defensa antimisiles a su lugar de despliegue en Corea del Sur, en medio de la gran tensión por los programas nuclear y de misiles de Corea del Norte.
Washington y Pyongyang han intensificado su disputa en las últimas semanas, periodo en el que Estados Unidos envió a un grupo de portaaviones y a un submarino nuclear a la región y Corea del Norte realizó más pruebas de misiles en desafío a las sanciones de Naciones Unidas.
Corea del Norte dijo el miércoles que su líder Kim Jong Un supervisó el mayor ejercicio con municiones reales en la historia del país para conmemorar el aniversario 85 de la fundación de su Ejército, con más de 300 armas de artillería de alto calibre autopropulsadas para demostrar su poder de fuego en un evento en su costa este.
El ejercicio se realizó en lugar de una temida prueba nuclear o del lanzamiento de un misil de largo alcance en medio de la presión de Estados Unidos y China, su único gran aliado y que se ha mostrado irritado por el desarrollo de armas de Pyongyang.
Estados Unidos y Corea del Sur acordaron el despliegue del sistema de Defensa Aérea de Alta Altitud Terminal en respuesta a la amenaza de lanzamiento de misiles de Corea del Norte. Sin embargo, la decisión enfadó a China, que dice que el sistema avanzado hará poco por disuadir a Corea del Norte y desestabilizará el equilibrio de seguridad en la región.
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur dijo que algunos elementos del sistema THAAD fueron trasladados al sitio de despliegue en lo que fue un campo de golf en el condado de Seongju, en el sur del país.
“Corea del Sur y Estados Unidos han estado trabajando para asegurar una pronta capacidad operativa del sistema THAAD en respuesta a la amenaza nuclear y de misiles de Corea del Norte”, dijo el ministerio en un comunicado.
Imágenes de televisión mostraron a camiones del Ejército transportando grandes unidades hacia el lugar previsto para el despliegue del THAAD, unos 250 kilómetros al sur de Seúl. Las imágenes también mostraron a manifestantes locales arrojando botellas de agua a los vehículos y a la policía.