Agentes antimotines venezolanos lanzaron este jueves bombas lacrimógenas para dispersar pequeñas concentraciones de opositores en Caracas, impidiéndoles confluir en una marcha convocada contra el presidente Nicolás Maduro.
En el oeste de la capital, donde el miércoles hubo disturbios en una multitudinaria movilización de opositores, se registraron escaramuzas en los sectores de Santa Mónica y El Paraíso, donde se habían concentrado decenas de personas.
“Menos de 100 personas nos estábamos concentrando, nos lanzaron gases lacrimógenos, dispersando la manifestación que ni siquiera estaba trancando el tránsito. Esto no va a poder con nosotros. Vamos a reagruparnos y a seguir”, advirtió el dirigente opositor universitario Hasler Iglesias, en Santa Mónica.
En el Paraíso, el grupo se encontraba en la Av. O’Higgins cuando efectivos de la militarizada Guardia Nacional impidieron con gases que se reunieran los manifestantes.
“Igual que ayer, éste es un tema de resistencia”, manifestó el diputado opositor Carlos Paparoni, en El Paraíso.
Una nutrida presencia de policías y militares fue desplegada en algunas vías estratégicas de Caracas y otras ciudades del país, con tanquetas que usualmente colocan de barrera contra el paso de los manifestantes.
Las intervenciones policiales de este jueves son acciones rápidas para frenar las protestas desde el inicio. Hasta ahora no se reportan incidentes mayores. Pero en otros puntos de la ciudad, grupos de opositores se están concentrando y empezaron a bloquear las vías.
En la jornada de protestas del miércoles murieron un adolescente de 17 años en Caracas y una joven de 23 en San Cristóbal, ciudad fronteriza con Colombia, por disparos de desconocidos, y un militar fue asesinado por un francotirador en las afueras de Caracas, según fuentes oficiales.