Al menos 17 personas murieron y seis más están desaparecidas por los deslizamientos de tierra como consecuencia de las intensas lluvias que sepultaron decenas de viviendas en la ciudad de Manizales, en el centro de Colombia, informó el miércoles el Gobierno.
La temporada de lluvias en Colombia ha provocado inundaciones y deslaves en diferentes regiones del país. A comienzos de abril, los desbordamientos de tres ríos en Mocoa, la capital del selvático departamento del Putumayo, dejó por lo menos 323 muertos y más de 100 desaparecidos.
“Nuestros corazones están con las familias de las víctimas. Venimos a expresar nuestra solidaridad y acompañarlos en esta tragedia. Hay 17 personas muertas y seis desaparecidas, además de 16 barrios afectados, unas 500 familias y unas 80 viviendas también afectadas”, dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en una de las zonas de los deslizamientos.
Manizales, ciudad de unos 400 mil habitantes, se asienta sobre laderas de montañas en la Cordillera Central de los Andes colombianos, cerca de una de las principales zonas productoras de café del país.
“Comencé a gritar que la montaña se estaba viniendo encima. ¡Es que el aguacero fue tremendo!”, dijo José Arley Castaño, un habitante de unos 60 años, quien perdió su casa y sus pertenencias aunque consiguió evacuar a 14 miembros de su familia con quienes vivía.
Socorristas de la Cruz Roja, la Defensa Civil, bomberos y efectivos de las Fuerzas Armadas trabajan en la búsqueda de los desaparecidos en medio del lodo y los escombros de edificaciones destruidas.
Los servicios de suministro de agua potable, energía eléctrica y gas fueron suspendidos en las zonas afectadas por los derrumbes.
Como otros países de América Latina, Colombia es vulnerable a los desastres naturales acentuados por el cambio climático. La peor tragedia natural ocurrió en noviembre de 1985 cuando la erupción del Volcán Nevado del Ruiz, cerca de Manizales, sepultó la ciudad de Armero y dejó cerca de 25 mil muertos.