Expertos chinos ven pocas probabilidades de hostilidades inmediatas entre Estados Unidos y Corea del Norte, aunque señalaron que Beijing respondería con dureza a cualquier nueva prueba nuclear norcoreana.
Los problemas internos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, deberían impedir que dé pasos en esa dirección, mientras que Pyongyang no parece estar en pie de guerra, señaló el viernes el director del Instituto de Estudios del Nordeste de Asia en la Universidad de Jilin, Gui Rui.
“Aunque la tensión en la Península de Corea es bastante alta, no es alta hasta el punto de tener una guerra inminente”, dijo Gui a The Associated Press.
Otra prueba nuclear invitaría medidas más duras de Beijing, quizá nuevas restricciones a las inversiones de empresas chinas en Corea del Norte o un descenso en el número de turistas chinos a los que se permite visitar el país, apuntó Gui.
Pang Zhongying, de la Escuela de Estudios Internacionales en la Universidad de Renmin en Beijing, se mostró de acuerdo en que las acciones militares son improbables, pero señaló que otra prueba norcoreana supondría “el cruce de una línea roja” a la que China está preparada para responder.
“No tengo ni idea de qué medidas tomaría China exactamente esta vez, pero una cosa es segura: serán mucho más duras que las que hemos visto en el pasado”, dijo Pang.
Antes el viernes, el viceministro norcoreano de Exteriores Han Song Ryol dijo a AP en una entrevista exclusiva que su país seguirá aumentando su arsenal nuclear “en calidad y cantidad” y afirmó que Pyngyang está preparada para ir a la guerra si eso es lo que quiere Trump.