La Fiscalía de Estados Unidos solicitó a un juez de Washington que imponga una pena de cadena perpetua al narcotraficante mexicano Alfredo Beltrán Leyva, que recibirá sentencia el próximo 5 de abril.
Además de la pena de cadena perpetua, la Fiscalía también pidió una multa de 10 mil millones de dólares para el acusado, alias “el Mochomo”, para privarle de los beneficios que supuestamente obtuvo del tráfico de miles de kilos de cocaína y metanfetamina entre el 2000 y el 2012.
Es el mismo castigo que la Fiscalía solicitó en julio del año pasado antes de que el juez que instruye la causa, Richard J. Leon, aplazase la sentencia al considerar que el caso, “nada fácil”, todavía podía llevar meses.
Los abogados del narcotraficante, por su parte, solicitaron una condena de 25 años de cárcel para su defendido.
En su escrito, la Fiscalía consideró que la cadena perpetua es una pena “suficiente, pero no superior a lo necesario”, para este narcotraficante que lideró el cartel Beltrán Leyva, antaño aliado del de Sinaloa, de Joaquín “el Chapo” Guzmán.
Además, la acusación consideró que cualquier pena inferior a la cadena perpetua resultaría en una deportación del capo a México una vez cumplida la pena, “donde proseguiría su actividad criminal”.
“El acusado cometió sus crímenes cuando residía en México y continuó orquestando envíos de drogas hacia los Estados Unidos mientras estaba encarcelado en México”, apuntó la Fiscalía, que considera que Beltrán Leyva tiene “poder e influencia” sobre funcionarios mexicanos.
Beltrán Leyva, de 46 años, fue detenido en México en enero de 2008 y extraditado a Estados Unidos en noviembre de 2014.
El proceso ha alcanzado una importancia notable porque la alianza que unió en la década de 1990 a los Beltrán Leyva y al Cártel de Sinaloa, liderado por “el Chapo” Guzmán, que fue extraditado a los Estados Unidos en enero, un año después de haber sido detenido en México tras una sonada fuga.
Durante el proceso judicial contra Beltrán Leyva, los fiscales mencionaron en varias ocasiones las reuniones que mantenían en las montañas de México el acusado y “el Chapo” Guzmán para planificar el envío de grandes cantidades de cocaína a Estados Unidos.
La defensa, por su lado, pidió diferenciar la droga que enviaba una organización y la otra para dictar sentencia.
La detención en enero de 2008 de Alfredo Beltrán Leyva produjo la ruptura entre el clan familiar y el cártel de Sinaloa, encabezado por “el Chapo” e Ismael “Mayo” Zambada, a quienes los Beltrán Leyva acusaron de traición por supuestamente haber entregado a Alfredo.
El resultado de la ruptura entre las dos bandas criminales fue una violenta guerra entre ellas y el asesinato de miles de mexicanos, incluyendo políticos y numerosos policías.