La controvertida acusación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra su predecesor, Barack Obama, de haber espiado sus comunicaciones telefónicas en la Torre Trump se debilitó aún más este jueves, luego de que dos senadores de alto nivel dijeran que no existe evidencia alguna que respalde esas afirmaciones.
El republicano Richard Burr, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, y el demócrata Mark Warner, vicepresidente del mismo organismo, afirmaron en un comunicado que no disponían de datos veraces para apoyar lo sostenido por Trump en un tuit publicado el 4 de marzo.
“No hay bases en la información de la que disponemos ni ningún indicio de que la Torre Trump haya sido objeto de vigilancia por elementos del gobierno de Estados Unidos antes o después del día de las elecciones de 2016”, señalaron.
El 4 de marzo, Trump acusó vía Twitter al expresidente Barack Obama de ordenar una intervención telefónica del rascacielos neoyorquino en el que vive la familia del presidente y desde donde llevó a cabo su campaña electoral.
Obama negó rápidamente esas afirmaciones.
La acusación del mandatario despertó controversia porque la lanzó después de que medios conservadores publicaran alegaciones similares, lo que sugería que Trump se había inspirado en esos medios, algo que la Casa Blanca jamás desmintió.
Pero cada vez aparecieron como más infundadas. El miércoles, los dos líderes del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Devin Nunes y el demócrata Adam Schiff, también dijeron que no disponían de pruebas que respaldaran las acusaciones de Trump.
Y a inicios de semana, la asesora presidencial Kellyanne Conway también admitió no tener “ninguna prueba” al respecto.
En una entrevista con Fox News la noche del miércoles, Trump fue preguntado sobre cómo se enteró de las supuestas escuchas.
“Había estado leyendo cosas” sobre las escuchas, dijo antes de aludir a un artículo del 20 de enero del diario The New York Times y a “otros” que había leído sobre las grabaciones.