La guerra en Siria dejó más de 320.000 muertos desde su inicio hace seis años, indicó este lunes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), destacando que el frágil alto el fuego ha frenado el aumento de esta cifra.
La oenegé confirmó la muerte de 321.358 personas desde que la guerra estalló en marzo de 2011 durante las manifestaciones contra el régimen del presidente Bashar al Asad.
Este balance presenta un aumento de cerca de 9.000 muertos desde el último que publicó el OSDH, en diciembre, cuando Rusia —aliada del régimen sirio— y Turquía —que apoya a los rebeldes— negociaron un alto el fuego en todo el territorio.
“Murieron menos personas en los tres meses siguientes a la implementación del alto el fuego”, destacó Rami Abdel Rahman, director del OSDH. “Las muertes no han cesado pero su aumento se ha ralentizado en los últimos meses”.
El nuevo balance de muertos comprende más de 96.000 civiles, entre ellos más 17.400 niños y cerca de 11.000 mujeres.
El Observatorio indicó que algo más de 60.900 soldados del régimen murieron, así como 45.000 milicianos sirios y más de 8.000 combatientes extranjeros leales al gobierno de Asad.
Los combates también le costaron la vida a cerca de 55.000 rebeldes y otros tantos yihadistas, la mayoría pertenecientes al grupo Estado Islámico (EI) o al Frente Fateh al Sham, exfilial de Al Qaida en Siria.
El conflicto sirio, desencadenado a raíz de la represión del régimen de Asad contra manifestantes que pedían reformas, se ha vuelto cada vez más complejo e implica ahora a grupos yihadistas, fuerzas regionales y potencias internacionales.